Capítulo 5

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Tsukishima siguió andando, cargando a Yamaguchi. No hubo ninguna pregunta, mucho menos una aclaración; solo se escuchaban los sollozos del pecoso.

Se dirigieron a casa del rubio, pues éste quería aclarar lo ocurrido. Yamaguchi estaba tan absente que no protestó. Tsukishima, preocupado, abrazó más fuerte a su pequeño y apresuró el paso.

Una vez en casa, subieron a su habitación, sin tener que dar ninguna explicación pues sus padres no estaban.
Tsukishima se sentó en la cama, aún sosteniendo a Yamaguchi e inició un suave baile con sus dedos para calmar su llanto; acarició lenta y a la vez firmemente su espalda repetidas veces, después dirigió la mano a su nuca y jugueteó con los mechones de pelo que ahí se encontraban, mientras le susurraba bonitas palabras al oído para tranquilizarlo.
De repente, algo lo perturbó y detubo el ritual.

-Yamaguchi... Quítate la ropa. - dijo muy serio.

Solo quería revisar bien las heridas de Yamaguchi, no tenía otras intenciones, aunque, tras escuchar esa orden salir de sus labios, no pudo evitar ponerse nervioso.

En ese momento, el moreno se tensó, levantó la cabeza del hombro de Tsukishima y lo miró asustado.

Las acciones de Yamaguchi no hacian mas que enternecerle y encenderle a la vez, pero rápidamente recordó lo ocurrido y se riño a si mismo. Intentó contestar de la forma mas amable posible. Si se trataba de Yamaguchi, no le era difícil mostrarse de esa forma.

-No te voy a hacer nada. Solo quiero ver qué te han hecho. Todo.

Yamaguchi desvió la mirada, se quitó las prendas, menos los calzoncillos y se tumbó en la cama del rubio. Cerró los ojos y respiró profundamente.
Tsukishima, al ver completamente desnudo a su pequeño, reprimió un gemido, causado por un fuerte escalofrío placentero.
No tardó mucho en volver en si, así que cogió aire y acercó los dedos al torso amoratado del moreno. Éste gimió levemente, por los nervios, el dolor y el frío tacto de los dedos de Tsukishima, que seguía absorto en la piel manchada de Yamaguchi.

Sin expresión y lentamente, el rubio se levantó y se sentó de nuevo, ahora sobre los muslos de Yamaguchi, que, naturalmente, se sobresaltó.
Inclinó su espalda, casi pegando su torso al vientre del pecoso y acercó su cara a su piel.

Yamaguchi podia sentir la respiración de Tsukishima chocar contra su torso desnudo. Se removió incómodo.

- T-Tsu..kishima.. pa-para, por favor.

Al oir eso, el rubio levantó sun rostro, sin alejarse de su cuerpo y dirigió su mirada a la de su secretamente amado.

-¿Te duele?- dijo en voz baja.

-No...

Tsikishima volvió a bajar la cabeza y situó sus manos a los lados del cuerpo del moreno.

Sentía horror, dolor, celos, no quería que nadie tocara a Yamaguchi y mucho menos herirlo.

Entrecerró los ojos y besó gentilmente los moratones de su cuerpo mientras iba hablando.

- Yamaguchi... dime qué te han hecho... desde cuando... por qué... Yamaguchi...

Él lo protejería y lo amaría, nunca le haria daño... Quería cuidarlo y mimarlo...

Estaba tan concentrado en intentar curarlo con sus besos, que no se daba cuenta de lo inquieto y asustado que estaba el pequeño.

El sutil sonido de sus sollozos, fué lo que de repente hizo volver a Tsukishima en si.
Se levantó de golpe y se encontró con un Yamaguchi asustado y lloroso. Éste, aprovechó ese momento para coger sus prendas y hablar

-No sé por qué confié en ti.

-No, Yamaguchi, ¡espera! Yo, ¡yo lo siento mucho! ¡N-no pretendía hacerte eso!

El pecoso, sin decir palabra, dirigió una mirada llena de decepción hacia los ojos de Tsukishima, que se quedó paralizado.

Y luego se fue.

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<<¡Buenas!

¿Qué os ha parecido? A mi un poquito doloroso escribirlo... aunque me ha gustado hacerlo, como siempre.

Y... os queria preguntar...
¿Qué os parece un viaje de insti asi como de 2 o 3 noches fuera para el próximo capítulo?
¿Os gustaría?

En fin, ¡muchas gracias por leerme!

Besos y caricias melosas,

Masato>>

My Little AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora