Dios... el playboy vive en mi casa!!!

Capítulo 1 " ¡Yo no soy una corta royos! " Parte1

- ¡ Cocheeeeee !

- Vete a la mierda Ben eso se avisa antes - siseo desquiciada mientras le sacó el dedo del medio al gilipollas del vecino.

- Perdón S pero me he distraído disfrutando de la vista de tu espléndido culo - dice mientras me lanza un guiño irritante porque:

1. El guiño sale de los ojos de
un completo idiota.

2. Se ve terriblemente sexi
haciendolo

Porque si, aunque me cueste admitirlo y os puedo asegurar que me cuesta admitirlo, Ben es el típico vecino mojabragas que monta en una harley davidson del 66 mientras va al gimnasio por las tardes y corre en carreras ilegales por las noches.

Si señor, todo un mojabragas.

- Sabes Johnson a veces intento imaginar un mundo tranquilo donde mi vecino es respetuoso y ayuda a los miembros de su comunidad sin soltar comentarios insinuosos, luego pienso, que coño ¿que seria de Ben sin su mente enferma y sus comentarios insinuosos y ofensivos? - admito mientras veo asomarse la sombra de una sonrisa ladeada, de esas que sólo los chicos guapos de las pelis saben hacer.

Como ya he dicho señores, todo un mojabragas.

- Exacto S, seria igual que si a ti te quitaran esa inteligencia tuya tan propia, tus irónicos comentarios y el culo tan apetitoso que trabajas en los entrenamientos. Todo un delito- alcanza a decir mientras revuelve mi pelo ( ya de por si hecho una mierda )
y pasa sus brazos sobre mis hombros aplastandome contra su cuerpo.

- Ves a eso es a lo que me refiero, quien serias tu si al terminar de decir cada cosa no aprovecharas para decir algún comentario terriblemente lujurioso. Aunque he de admitir que lo de reconocer mi inteligencia y que mis ironias son la ostia me ha llegado. Espero no encontrarme con la sorpresa de que aquí adentro - dije mientras señalaba burlonamente con mi dedo índice su pecho trabajado en el gimnasio - haya realmente algo escondido.

- Para empezar lo de la inteligencia creo que es bastante obvio después de entrar a tu casa y ver tus notas enmarcadas en las paredes y sobre lo otro, yo nunca he reconocido que tus ironías sean " la ostia" - dice mientras añade unas comillas terriblemente exageradas en la ostia, porque si, que sería también de Ben sin su lado reina del drama. - y para seguir, no te hagas ilusiones con eso de que pueda latir un corazón en mi pecho porque hace mucho que me desice de él - añade mientras una reluciente sonrisa algo melancolica sale a flote en su cara.

Aunque a mi no me la da.

Cualquiera podría pasar ese comentario como algo inocente y sin trasfondo, pero yo, la chica que observava como el chico de 8 años regresaba a su cuarto llorando después de haber escuchado claramente las súplicas de una mujer en el salon, yo, la pequeña niña que se escapaba por el jardín trasero para llevarle los cómics que robaba a Walter y así hacer que el niño grande de la casa de al lao dejará de llorar, yo la chica que se quedaba abrazada en la casa del arbol a un pequeño Ben para que no sufriera más. A esa chica no podía engañarle, porque ella, ya había visto mucho, ella ya tenía claro que esa sonrisa sólo quería ocultarle al mundo las marcas y cicatrices que algún día le dejaron a un iluso niño de 8 años que sólo quería una familia feliz. Lo siento pequeño Ben pero el mundo no es idiota y sigue viendo el dolor que tus ojos reflejan. Lo siento pequeño Ben pero a mi no me la das.

- Que más da si no quieres admitirlo, mis ironias son las mejores y algún día alguien hará que ese corazoncito tuyo vuelva a su funcionamiento - asegure guiñandole un ojo con deje de burla mientras me libraba de su agarre. Le di un rápido beso en la mejilla, para luego, adelantar el paso y recordar - Final de la calle, como acordaste, me adelanto para que no nos vean entrar juntos y puedas seguir manteniendo tu reputación de bad boy.