Capítulo 3 " Si haces algo, hazlo bien "

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Mer y yo doblamos la esquina del instituto aun riéndonos sin parar y con la cara del color de un tomate cherry.

- Pobre hombre, ha tenido que soportar tu discursito de chica rebelde e incorformista.- comenta mi amiga ya con el ánimo un poco más alto.

- ¡Que se joda! Ni que fuera nuestra culpa que ese señor sea un completo reprimido. ¡Por favor!- grito riendo con ese toque irónico que me caracteriza- que vayas a depilarte tu melocotoncito no es motivo para que te mire con esa cara de asco hacia la humanidad.

Mer continúa riéndose como una loca de mis comentarios mientras sus ojos se cierran y comienzan a formarse pequeñas lágrimas a sus extremos.

- Pero es que, ¿as visto su cara?- insinúa entre risas que no parecen cesar- Y cuando le has dicho lo de su mujer y te has ido con el corte de manga, eso ha sido demasiado épico- dice al tiempo en que comienza a limpiar las lágrimas que han saltado de sus sonrojadas mejillas.

- No me lo recuerdes... sólo espero que ese hombre no nos de clase nunca- rezo mirando al cielo con las manos en alto - Aunque tienes que admitir que tenía razón, a ver... si no porque a puesto durante un milisegundo esa cara de pervertido - declaró mientras Mer me mira con gesto incrédulo- Ese tío tiene pinta de ser el típico hombre reprimido en su casa que se ofende con cualquier cosa cuando es el primero que disfruta de ello.

Mi mejor amiga abre aún más los ojos a la vez que una sonrisilla empieza a aparecer en sus finos labios mientras niega reiteradamente con la cabeza.

- Estas muy mal ¿lo sabías?

- Algo había escuchado de ti- respondo empujandola con mis hombros a modo de juego.

Continuamos andando junto a un silencio demasiado raro entre nosotras, y es que, siempre hay un tema de conversación por muy tonto que sea cuando estamos juntas.
Aunque yo no sea de las que tengan mucho que contar, Mer, siempre tiene algo que decir cuando estamos juntas para llenar los espacios vacios.

- Esto... S- dice susurrando y escondiendo la cabeza entre sus hombros- gracias por... todo, supongo- comenta mientras se le escapa una risita nerviosa al final de la frase.

- Oh vamos, ni las des- le digo mirándola de reojo- Somos amigas ¿no? Y las amigas se cuidan sin necesidad de pedirlo- declaro firmemente con una gran sonrisa- Además tu harías lo mismo por mi ¿verdad?- afirmó guiñandole un ojo mientras adelanto un par de pasos para estar frente a ella.

- A veces eres tan fría que me sorprende con la facilidad que puedes decir este tipo de cosas.

- Mi mamá siempre dice lo mismo y yo siempre le respondo igual " No es tan difícil decir lo que sientes si es algo en lo que crees de verdad".

Y es que, Mer tiene razón. Desde que soy pequeña he tenido muchos problemas a la hora de declarar mis sentimientos con palabras. Siempre he sido más de demostrar que de decir. Y eso a veces era un verdadero problema para mi. Por eso mi madre comenzó a llevarme con el señor Morgan, un psicólogo compañero suyo en el Instituto que me intentó ayudar con mi problema.

Todos los viernes después de clases, mamá me llevaba en coche hasta la consulta de su amigo y allí pasaba la tarde intentando hacerme hablar sobre aquello que sentía.

Con el tiempo, fui abriendome un poco más y fui dejando de ser tan reticente a todas las preguntas que él me hacía.
Aunque no conseguiamos avanzar mucho.

Una de las tardes, durante la sesión, el hombre me propuso la idea de escribir un diario que debía de traer todas las semanas para ver si así avanzabamos algo. Fue en ese momento en el que descubrimos que lo mío era escribir más que hablar
con los demás.

Cuando comencé a escribir el diario y a plasmar lo que había sentido durante el día en él, comprendí que no era tan difícil decir lo que sentías si eso era lo que realmente querías decir, y aunque siguen siendo pocas veces las que consigo declarar plenamente mis sentimientos, cuando lo hago, suelto todo aquello que no he dicho en mucho tiempo. Es como decía mi abuela, "si haces algo, hazlo bien".

- Bueno pues yo creo, que tenía que agradecerte lo de acompañarme a lo del pelado del gato.

- Tranqui peque, ya se que tus padres no son lo que viene siendo muy convencionales, sobre todo para este tipo de cosas.- digo riendo por la cara de indignación que acaba de poner mi mejor amiga.

- ¿Poco convencionales?- comenta en tono irónico entrecerrando sus ojos- mis padres son las personas más antiguas y exageradas que conocerás en tu vida.- grita indignada alzando sus brazos colmados con puños cerrados- se creen que porque una chica quiera mantener una vagina higiénica automaticamente lo hace para follarse a ún tío. Pero en que siglo viven ¡Por Dios!- se lamenta mi amiga mirando al cielo.

- Que esperabas cariño, tu padre vivió en una iglesia y tu madre se mantuvo pura hasta el matrimonio no era muy difícil imaginarse que te esperaba una vida llena de prohibiciones.

- ¡Que le jodan a las prohibiciones! Soy mayor para decidir lo que quiero hacer con mi cuerpo- reclama enfadada mientra cruza sus brazos e infla sus cachetes.

- Que si, que si, que ya sabemos todos que eres un intento de chica rebelde, ahora deja de indignarte tanto.

- ¡ Que te jodan a ti también!- grita adelantando el paso mientras se gira y me saca su expectacular dedo de en medio.

- Pero no te enfades llorona- le grito de vuelta adelantando el paso.

- Hasta luego S, te hablo por el móvil cuando llegue- insiste mientras gira en la esquina donde nos despedimos caundo salimos del Instituto.

- ¡Adiós gruñona! Pero no te vayas enfadada.

- Que no... - dice rodando los ojos y desapareciendo de mi vista por la calle contraria a mi camino.

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Bueno... No es un capítulo que aporte mucho, pero así sabréis el motivo de porque muchas de las acciones aue realizara en un futuro S, y es que, ella siempre ha preferido demostrar a decir unas cuántas palabras que podrían irse en cualquier momento.

De todas formas aquí está el siguiente capítulo que prometí, recordad que aún queda uno más que subiré en un par de días.

La pregunta del cap es:

¿Que preferís vosotros, demostrar o decir vuestros sentimientos?Justifica tu respuesta (es broma, se acercan los exámenes aquí donde vivo y tengo que empezar a acostrumbrarme)

Bueno, esto es todo. Como sabéis me haría muy feliz que compartierais vuestra opinión sobre la historia, de forma constructiva no destructiva, aunque sólo he recibido hasta ahora comentarios de apoyo, y de verdad no sabéis cuán feliz me hacen. Como siempre os digo muchísima gracias por tomaros un pequeño tiempo de vuestra vida en leer un pequeño trozo de mi cabeza y corazón.

Esto apenas comienza, y ahora si, me despido hasta el siguiente capítulo.

Dios... el playboy vive en mi casa!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora