El enemigo

Bienvenida

Hoy es mi primer día de trabajo y no puedo creer que llegare tarde.
Esto es estúpido, este es un estúpido primer día de trabajo, odio mi maldita vida. —Mamá!—grito enfurecida —Mamá donde están mis zapatos negros de tacón?; los tomaste prestados ayer y ya no los encuentro se puede saber , ¿donde los pusiste?. —
Mi madre me observa de abajo hacia arriba y me dice: —no vas tarde a tu primer día? —la observo con cara de pocos amigos y cuando abro la boca para contestarle me interrumpe —hay ya ! Eh... no te comente que se le rompió el tacón ayer? ; la verdad ni llegue a usarlos.—

¡Señor ten piedad de mí .... !! Exclame a gran voz .
—como que se le rompió un tacón ! —Grito fuera de mis cabales, el grito fue tan agudo que sonó mas como un chillido de algún animal maltratado.

—Esta bien olvidalo. —
Entro en mi cuarto y busco unas zapatillas negras de plataforma me las pongo y salgo corriendo; Dios hoy es mi primer día y me van a despedir. Voy repitiendo todo el camino, de mi casa al garaje donde esta mi amado onda negro esperándome; me monto en mi auto y salgo de mi casa a toda velocidad. Odio cuando la gente se retrasan y hoy , justamente hoy, voy a ser yo.
Cuando llego a la empresa entro directamente a el ascensor y zas el ascensor se detiene entre dos pisos. —Ahh esto debe ser una broma! —Grito y después me percato de que el ascensor estaba repleto de personas y todas están observándome.
Pasan los minutos y empiezo a sudar esta haciendo un calor de los mil demonios la verdad es que también soy un poquito claustrofobica y eso no me esta ayudando mucho que digamos; las rodillas me tiemblan creo que me voy a desmayar.

Calor, siento mucho calor y hay mucho ruido a mi alrededor, escucho que alguien dice: —creo que ya se esta despertando.—
Entonces abro los ojos y me encuentro con unos hermosos ojos verdes observándome con cautela.
—Llegare tarde al trabajo!—grito cuando recobro la consciencia de donde estoy e intento ponerme de pie rápidamente pero, el hombre de ojos verdes no me lo permite

—Tranquila no importa, estoy seguro que su jefe no es un monstruo y comprenderá el asunto—me sonríe ; y me quedo embobada por esa hermosa sonrisa de dientes perfectos y hermosa boca de labios carnosos.

Me sonrió y dijo : —si me disculpas tengo un reunión a las cual no debo faltar, pero nos veremos mas tarde, ¿verdad?—La verdad es que no sonó como una pregunta, mas bien sonó como una propuesta.
—Si mas tarde —Articule en voz casi inaudible.
un rato después llegue a recursos humanos, el jefe de recursos humanos el señor Perez, me dijo que sentía mucho el inconveniente de el ascensor y que sabia lo de mi desmayo.
-Señorita Rodriguez-. me dijo tendiéndome la mano para que lo acompañara. -La llevare con su jefe. 
Llegamos en un santiamén a la oficina de mi jefe; la verdad era que estaba nerviosa, muy , pero muy nerviosa.
El señor Perez dio dos pequeños toques en la puerta y al otro lado de esta se escucho una voz diciendo que podíamos pasar.
Cuando entramos el hombre estaba muy centrado en el monitor de su computador, la verdad me resultaba un poco familiar pero no se de donde.
El señor Perez lo saludo con un apretón de manos y me lo presento.
Señorita Rodriguez el es su jefe el señor Daniel Ortiz presidente y dueño de Global international.
—Ah ¿con que yo era el monstruo?—escucho su risa y de hay lo conozco es el hombre de ojos verdes, el que me ayudo en el ascensor. 
El señor Perez nos observa con cara confundida y  yo me apresuro a decir: —Señor Ortiz no creo que usted sea ningún monstruo y gracias por la ayuda en el ascensor —dije rápidamente.

El señor Perez se disculpo y se marcho dejándome con  mí guapo jefe.
Mi jefe el señor Ortiz es alto, de tez clara, musculoso aunque debajo de ese traje no se distingue mucho; parece hacer mucho ejercicio, tiene una hermosa cara con una mandíbula cuadrada , tiene unos hermosos ojos verdes y pelo castaño; este hombre parece un ángel.
—Señorita Rodriguez—dice mi jefe observándome de pies a cabeza
—Bienvenida.—