El orden del caos 「Zosan - One Piece」

「n u e v e」

Bee Gees - Stayin' Alive

Rayos en Abril.

Zoro ☀

Papá y mamá se habían vuelto a ir.

Era viernes.

Un poquito de Play, Dr.pepper y patatas a intervalos regulares; planazo.

Kuina andaba como una culo inquieto de izquierda a derecha, subiendo y bajando las escaleras de dos en dos.

-Ehhh -balbuceo al verme en el sofá, cogiendo una patata de la bolsa con la mano libre, mientras que con la otra controlaba al monigote. Bang a esa anciana. -¿Zoro?

-¿Que?

-Van a venir unas amigas esta noche a casa. Ni lo intentes, no les gustas -advirtió. Puse los ojos en blanco, aunque le estuviese dando la espalda. -Así que espero que ya tengas plan para el viernes.

-Pues claro que lo tengo, ¿no lo ves?

-Me refería a eso. Espero que no te importe tener a seis animadoras hablando de los jugadores del equipo de béisbol toda la tarde.

-¡Oh venga ya! ¿Animadoras? No podrías ser... ¿Espadachinas? -pregunté echando la cabeza hacia atrás.

-Por eso mismo, hermanito.

-Has caído muy bajo -comenté -. Te prefería antes.

-Son majas -se excusó concentrada en sus zapatillas.

-Da igual. Ya me voy -decidí después de meditarlo un segundo.

-Puedes quedarte. Eres bienvenido. ¿Me ayudas a elegir vestido para el baile, hermanito del alma?

-Oh por Enel. Calla ya -dije mientras recogía la botella de Dr.pepper y abría la puerta.

-¡Y podemos hacernos la manicura! -añadió pisándome  los talones.

-¡Quizás en otra ocasión! -le respondí saliendo por la puerta.

-¡Vale! -gritó al detenerse en el porche. Puso las manos entorno a su boca como si fuese un megáfono. -¡Diviértete!

-¡Lo mismo, niña fresa!

Kuina se limitó a reír y volvió a entrar en casa. Me quedé plantado en la acera con la botella en una mano y el móvil en la otra.
Revisé mi lista de contactos. ¿Law? Creo que seguía en la consulta. ¿Luffy? En una manifestación con Ace, creo recordar. ¿Nami? Ugh, todavía sigue aquí. Borrar contacto. ¿Rebecca? Ni idea, hoy no había venido a clase. ¿Robin? Estará leyendo. Y finalmente, ¿Usopp? Aún seguía siendo ayudante en la biblioteca.

Comencé a caminar sin rumbo, total, para acabar perdido, mejor a posta.

Una gota me cayó en la nariz, y luego la siguieron más. Mierda, me había dejado el paraguas en casa. Tsk ¡Si ni siquiera tenia pinta de llover!

Volví mi vista a mi casa de ladrillos naranjas. ¿Siete animadoras haciéndose trenzas las unas a las otras? ¡Ni hablar!

.

Kuina:

Todo ha salido a pedir de boca: hermanos fuera de la vista.