「s e i s 」

1.8K 172 28
                                    

Vicentone - Angels.

Extra de felicidad.

Sanji ☁

Hoy, 1 de Octubre, se celebraba la feria más grande que se había visto en Bristol. Estábamos invitados todos los del pueblo, en especial los niños. Había paseos en poni, bengalas, cohetes de agua, el juego de la manzana... Lo típico. 

Y obviamente, a Baby 5 y a mí; nos tocaba cocinar. Hicimos canapés para parar un tren: de cebolla confitada y huevos de codorniz; pilas de sándwiches y panecillos de salchicha; pasteles de pacana y de merengue de limón; tartaletas de frutas y mermelada de albaricoque, y finalmente gelatinas frías y jamón caliente servido con rodajas de melocotón. 

Zeff levantó una carpa por si luego llovía, aunque el día se mostraba luminoso y claro, todo el cielo cubierto por un manto azul. 

Zoro vino acompañado de sus amigos. Llevaba su camisa blanca y sus pantalones verdes oscuros, pero al contrario de el día que estuvimos en el bosque, se limpio las botas hasta el punto de que podías verte reflejado en ellas. 

Los cocineros no teníamos permitido disfrutar de la fiesta, así que solo observábamos el ambiente desde el interior de la cocina, mientras limpiábamos el estropicio: todo empezó de forma bastante correcta, pero degeneró en un caos sin precedentes. Luffy birló un panecillo con salchicha, que consiguió zamparse mientras huía a toda velocidad de la turba de niños revolucionados que salió en su persecución.

Mi única responsabilidad de ese día era cuidar mi salud mental y pasearme con las bandejas por toda la plaza.

Baby 5 y yo estuvimos ofreciendo ostras ahumadas. A los críos les bastó echar un vistazo para girarse horrorizados; ni pagándoles se habrían metido una en la boca. Media hora después, mientras traíamos bandejas de esto y vasos de aquello, le seguí la pista a Zoro y sus amigos, que hablaban a voces sentados en un muro. 

—Te lo has inventado —gritó un joven moreno con una nariz muy larga.

—Que no, joder —respondió Luffy a voz en grito—. La venta de abuelos, tío. Te digo que existe. Hasta puedes adoptarlos.

—No dices más que chorradas.

Me había tragado una gran cantidad de pastillas justo antes de venir, y cada vez me sentía mas mareado y débil. 

—Eres tú el que no dice más que chorradas —replicó Luffy—. ¡Zoro! ¡Eh, Zoro!

Zoro lo oyó, pero no se dio por aludido. Caminó hacia mí, y las piernas comenzaron a temblarme. Aquello estaba absolutamente abarrotado. Creí me asfixiaba con todas esas miradas de sus amigos clavadas sobre mí.

—Hola. —me saludó. 

Extendí la bandeja de gelatinas.

—Gracias. —dijo llevándose una a la boca. 

—¡ZORO! —gritó Luffy caminando junto al chico moreno—. Explícale a Usopp en qué consiste la venta de abuelos.

—No tengo ni idea —se escaqueó Zoro. 

—Pero existe, ¿verdad?

—Creo que lo he oído en algún lado.

—¿Lo ves? —dijo Luffy. Buscó algo que tirarle Usopp. Al no encontrar nada, lo señaló con el dedo—. Te lo he dicho, joder. 

—¿Y qué cojones sabe Zoro de la venta de abuelos? —preguntó Usopp. 

—¿Eres idiota o qué? —respondió Luffy—Vendieron a su abuelo. 

El orden del caos 「Zosan - One Piece」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora