「s i e t e 」

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LunchMoney Lewis - Bills.

Un berrie para mejorar.

Viví 🌿

Todos los días, después de volver del instituto, veo a un violinista tocando en la esquina de Grand Avenue, justo debajo del toldo de Spider's Café. Lleva el pelo afro, un sombrero como el de Slash, de Guns and Roses y unas gafas como las de John Lennon.

-¡Hola! -le saludo, al mismo tiempo que dejó caer un berrie sobre la funda. Clinck.

Él solamente sonríe hacia mi dirección y grita:

-¡El One Piece existe!

Sacó las llaves de mi parka blanca y corro a casa. El calor hogareño me invade como una enorme oleada de fuego.

-¡Ya estoy en casa! -anuncio mientras me quito el chaleco de franela y lo lanzó junto a la chimenea.

Dudo mucho que mi tío me haya escuchado. Desde que mamá murió, y poco tiempo después papá se largase (maldito egoísta) me quede al cuidado de Crocodile (amargado de mierda), que es sinónimo de vivir en una soledad absoluta (te odio), pues él siempre se pasa el día encerrado en su laboratorio.

Es como una especie de figura misteriosa. Es como mi canguro, pero tiene más aspecto de cocodrilo.

Cojo la bolsa de entrenamiento preparada desde anoche y salgo por la puerta, despidiéndome con un:

-¡Me voy!

A veces me gustaría hablar con mi tío, saber que hace en su laboratorio tantas horas.

Llegué al entrenamiento justo a tiempo, por suerte, antes que la profesora.
Nami ya estaba lista, con los calcetines hasta las rodillas, la falda lisa y el lazo intacto. Se miraba las Adidas, y no alzó la vista cuando apoyé mi mano sobre su hombro.

-¿Qué tal?

-Bien -masculló.

Seguiría enfadada por haberla dejado sola después de la fiesta.

Oímos el chirrido de la puerta del gimnasio abrirse, mientras Hancock se despojaba de todas sus capas invernales. Su abrigo rojo, su bufanda y su jersey del mismo color, estaban tirados por el suelo, que estaba mojado por la nieve que había traído consigo.

-¡Por Enel, por Enel, por Enel! -repetía una y otra vez mientras se daba aire con las dos manos-. Justo acaba de empezar a nevar.

Se sentó un segundo en el mismo suelo, con su uniforme de animadora puesto -que llevaba debajo de tantas capas- para recobrar el aliento.

-¡Por Enel, con lo que odio llegar tarde!

Monet y Violet se intercambiaron una mirada de complicidad.

-¡Se me olvidaba mencionarlo! -recordó incorporándose con gracia. -Hoy tenemos una nueva alumna, Kuina.

Era morena con el pelo corto, tenia expresión aburrida y masticaba de manera exagerada un chicle.

-Cuando aún no daba clases, -prosiguió apretándose la cinta que recogía su largo pelo negro en una coleta, con los pelos de al ante enmarcando su rostro. -nuestra entrenadora nos cobraba un berrie si llegábamos tarde.

-¿Insinúa que debemos cobrarle un berrie? -preguntó Monet sonriendo con malicia. -Por qué hoy ha llegado tarde.

Boa Hancock río afablemente. Tenia paciencia para soportar los comportamientos insolentes.

El orden del caos 「Zosan - One Piece」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora