Prólogo

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Algunas historias de amor comienzan como una pequeña e inocente flama que luego crece y se convierte en una flama más grande y ardiente por la pasión y la lujuria que se despiertan  entre dos personas; pero que por desgracia muchas veces se apaga, y termina en muerte, dolor y sufrimiento. Dejando a las personas que son víctimas de la situación rotas, vacías en su interior, secas y llenas de una tristeza y soledad inmensa. Es justo lo que le pasó a un joven mortal alto, con un cuerpo bastante trabajado y ojos café de 28 años llamado Dante, quien conoció al amor de su vida en una simple cafetería que frecuentaba a menudo.

Como de costumbre, el chico de ojos café se ubicaba en una de las últimas mesas de la cafetería tomando un café. Cuando de pronto entra a la cafetería dejando atónito a Dante, un chico rubio, de ojos azules, de baja estatura con buen cuerpo y unas curvas que cualquiera envidiaría. Ese chico le daría un giro muy inesperado a la vida de Dante. Para su suerte, la única mesa que tenía espacio para el chico de ojos azules era la mesa donde se encontraba Dante. El chico se acerca a la mesa mientras el chico de ojos café solo lo miraba fijamente, perdiéndose en los ojos azules del chico.

—Hola soy Haziel ¿me puedo sentar aquí?—se presentó el chico rubio.

Dante admiró sus ojos una vez más, giró su mirada hacia su café.—Hey, sí por favor siéntate. Me llamo Dante.—dicho eso el chico tomó asiento frente a él.

—Mmm...Dante ¿eh?.Me gusta.—comentó Haziel dirigiéndole una sonrisa.

—¿En serio? Nunca pensé que mi nombre le pudiera gustar a alguien. El tuyo no se queda atrás; me parece interesante tu nombre de hecho.— le devolvió una sonrisa a Haziel provocando que las mejillas de este tomaran un tono rosado por alguna razón que él desconocía.

—¡Gracias! Y sí, me gusta y me llama muchísimo la atención tu nombre.— Haziel volteó su mirada debido a que había llegado el mesero para tomar su orden. Haziel ordenó un café y comenzaron a platicar por horas y horas.

Desde el primer momento que se vieron, una sensación extraña nació en ellos, sintieron algo que impulsaba a ambos a conocerse más a fondo; se despertó un interés en ambos. Desde ese momento en adelante, decidieron encontrarse todos los jueves al terminar su trabajo a las 4:00pm en la cafetería para charlar y a tomarse un café juntos. Cada uno se emocionaba mientras la hora de su encuentro llegaba; siempre era lo mismo, hasta que luego de unos meses de conocerse, Dante decidió crear una relación con Haziel, el cual aceptó aún dudando si podía corresponderle.

Una noche se entregaron en cuerpo y alma, en un acto lleno de lujuria y pasión. Cada caricia, cada roce entre sus cuerpos, los hacía olvidar todo. Mientras Haziel tocaba con sus dedos la piel de Dante, este succionaba sus pecados en un lujurioso beso el cual deseaba que fuera eterno. Cuando el chico de ojos azules era embestido por su novio, no sabía si era llevado al cielo o al infierno; tenía miedo de que todo lo que estaba pasando llegara a su final, tenía miedo de perder todos aquellos sentimientos nuevos y deseos que acababa de probar.

Solo un secreto permanecía, un secreto que podía cambiar todo drásticamente. Haziel tenía que ser cuidadoso, tenía que pensar en cuando le diría la verdad a su chico. Pasaba noches desvelándose pensando en la reacción de su novio, luego de tanta angustia Haziel decidió decirle todo.

—Da-Dan-te pa-para.— dijo abrazándolo por el cuello.

—¿Qué sucede, bebé ? ¿Te estoy lastimando?— preguntó el chico de ojos café mientras paraba de embestir a su chico.

A Demon's LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora