Transformación

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Holi a todos, espero que estén bien. Aquí les dejo mi nuevo capítulo, espero les guste, me encantaría que votaran por ella si es así y me gustaría que me dejaran algún comentario para saber si lo estoy haciendo bien.

¡Un saludito a mis nenes y nenas los amo!❤️

Bueno... Me voy. Wuv u all!❤️

Dante POV

Vamos ... ¿Otra vez? No puedes seguir así Dante. ¿Qué está pasando contigo? Acaso ya te olvidaste de... — prefiero no pensar en su nombre porque sé que existe la posibilidad de que mis heridas sean abiertas nuevamente por obra de su recuerdo, giro mi cabeza y observo que había alguien más descansando en la misma cama que yo. Para ser más preciso, una mujer...de cabellos oscuros rizados envuelta en sábanas blancas ocultando del mundo su belleza física, mientras que yo me encuentro simplemente descubierto y desnudo sobre el lado derecho de la cama con mi cuerpo trabajado y marcado expuesto como Dios me trajo al mundo.

Verónica, despierta. Debes irte de aquí. Lárgate.— digo con una voz un poco ronca mientras que con mi mano derecha hago movimientos un tanto bruscos en el hombro de la fémina para despertarla.

—¿Eh? ¿Qué pasa?— dice la chica un tanto somnolienta y confundida.—Ugh, maldita luz. — se queja un poco mientras se levanta de la cama retirando suavemente las cobijas blancas que la cubrían quedándose totalmente expuesta delante de mí, aunque eso no era problema porque ya había pasado una noche muy lujuriosa conmigo por los efectos del alcohol.

— ¡Ya, lárgate!— ni la volteo a mirar, me coloco los boxers, un pantalón y bajo las escaleras sin siquiera mirarla o decirle una sola palabra, dejándola completamente sola la y molesta en aquella enorme habitación de paredes grises con muebles de un madero oscuro y ropa que tenían puesta de la noche anterior regada por toda la habitación.

—¡¿Ahora me vas a rechazar después de todo lo que hicimos anoche?!— exclama Verónica con fuerza desde la habitación, pero no le hago caso y sigo mi camino hacia la cocina para prepararme un café.— ¡Dante, no me ignores!— ruedo mis ojos al escuchar las las estupideces que salen de su boca, porque cada vez que salía una palabra de su maldita boca empeora cada vez más y más el horrible dolor de cabeza que tengo por tomar tanto alcohol ayer en la noche. —¡Dante, te estoy hablando! ... ¡¿ Acaso estoy pintada en la pared?! Ojalá lo estuvieras... —me quedo en silencio absoluto dándole la espalda y sin prestarle ni mínima de atención a esa maldita zorra la cual solo busca placer las veinticuatro horas del día...

Haziel, por favor perdóname, no entiendo como pude ser tan imbécil y estúpido como para caer rendido ante la lujuria y terminar en la cama con esta perra. Perdón bebé... No es justo para ti, te perdí hace dos años y la verdad me duele como si hubiese sido hoy. No me daré por vencido, encontraré al que nos hizo sufrir de esta manera, lo haré pagar.

— ¡Ugh! ¡Imbécil!— sale hecha una furia cerrando de golpe y fuertemente la puerta de mi casa prácticamente desnuda, porque ni siquiera se molestó en terminar de vestirse para formar semejante drama en mi casa.

—Jum... — fue todo lo que pudo salir de mi boca al ver como se largaba.

Es cierto lo que dijo la perra esa; eres un imbécil, Dante. ¡¿Cómo pudiste?! ... ¡Imbécil!

Un calor intenso de apodera de mi cuerpo haciendo que mi sangre comience a hervir concentrándose mayormente en mi espalda, mis manos comienzan a temblar, mi cuerpo se estremece y caigo de rodillas al suelo. El sonido de los huesos moviéndose retumba mis oídos, haciendo que clave mis uñas en el suelo por el dolor, rasguñando la superficie de este dejando plasmado el camino por el que recorrieron mis dedos ya ensangrentados por el acto. Mi cabeza esta a punto de estallar, trato de retener la transformación, pero me es imposible. Suelto un grito de dolor al sentir como de pronto se asomaban lentamente dos alas repletas de plumas completamente negras como lo noche fuera de mi espalda, separando y desgarrando mi piel con cada movimiento, mis ojos se tornan completamente del mismo color eliminando así los destellos ámbar de los mismos y dos colmillos comienzan a crecer lentamente...

Me levanto del suelo tambaleando un poco y me dirijo hacia el gran espejo de mi habitacion y contemplo mi fugura demoniaca con gran decepción en mis ojos. Miro en lo que me convertí, miro mis manos manchadas por la sangre de inocentes, mis alas marcadas con el color de la pura maldad y mis ojos envueltos en la nostalgia, la furia y el dolor de perder al amor de mi vida. Observo como terminé, cegado por la sed de venganza y por las ganas de derramar la sangre de la maldita persona que nos delató...

Bryce... Ese maldito pagará por lo que nos hizo y  lo pagará muy caro. ¿Por qué nos hizo esto? ¿Cuáles eran sus motivos para hacernos sufrir de tal forma? ¿¡Y tú por qué lo permitiste, Dante!? ¡Yo debería estar en tu lugar! ¡Eres un imbécil que no merece estar vivo! ¡No lo soporto! No soporto el estar sin ti, Haziel... Si no puedo estar contigo en este mundo, te buscaré en el siguiente.

Rápidamente tomo una navaja que se encontraba en el buró cerca del lado izquierdo de mi cama y comienzo a cortarme lentamente formando el nombre de "Haziel" en mi brazo provocando que sangre cada vez más con cada nuevo corte, pero noté como las heridas se cierran lentamente sin dejar marca alguna. Al ver que desaparecen, la furia que siento toma control de mí y me lleva a lacerarme cada vez más y más profundo, pero siguen cerrándose sin dejar ninguna cicatriz. Así que me di por vencido... Ese es el castigo de ser inmortal o de hacer un trato con el diablo y tomar como condición  servirle para toda la eternidad.

—¡Maldita sea!— golpeo fuertemente el gran espejo que se encontraba a mi lado haciendo que su centro se rompa en miles de pedacitos, algunos de ellos caen al suelo, mientras que otros se entierran en mi puño provocando que el mismo sangre a consecuencia de los vidrios rotos. —¡Agh!— camino hacia el baño para quitarme los vidrios de mis nudillos y vendarme bien, pero antes de finalizar el acto, las heridas simplemente se cierran como había pasado en un principio. Solo falta limpiar la sangre que se quedó impregnada a mi piel y abandonar esta maldita forma de una vez. Así que, paso una toalla de color rojo carmesí sobre mis manos y brazos eliminando así cualquier rastro de sangre en mí.

—¿Ahora cómo hago esto?—digo en forma de susurro mientras me miraba otra vez en el espejo que se encontraba en el baño. Coloco una mano en el cristal del espejo y me miro fijamente a los ojos —los cuales están completamente negros— sin expresión alguna. Aparto mi vista un poco y comienzo a recordar los buenos momentos con Haziel; cuando nos conocimos en la cafetería, cuando por primera vez me dijo "te amo" y cuando estuvimos juntos por primera vez ... Lágrimas comienzan resbalar por mis mejillas, mi cuerpo se relaja completamente hasta eliminar por completo toda la tensión que sentía y calmar todo el odio y la furia que se despertó en mí.

Caigo nuevamente al suelo de rodillas desahogándome en el llanto que limpiaba mi consciencia hasta dejarla impecable y tranquila, sin ningún rencor como debería de estar en todo momento.

Gracias a eso comienzo a sentir paz en mi interior de tanto llorar, y con esa paz mis alas comienzan a introducirse nuevamente en mi espalda dejando una gran herida sangrante al hacerlo. La sangre se deslizaba por mi espalda y cae al suelo formando un pequeño charco de sangre a mis pies, al ver eso rápidamente verifico mi espalda en el espejo y noto que mis ojos ya se habían aclarado completamente hasta su forma original, permitiendo que los destellos ámbar se noten nuevamente como en un principio, y finalmente mis colmillos se retractan hasta quedar en su tamaño original.

—Creo que tendré que limpiar eso y luego tomaré un baño con agua caliente.— digo para mí mismo en susurros, ya que, no se encuentra nadie más adentro de la casa.

A Demon's LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora