Capítulo Desconocido parte 2

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Narrador omnisciente POV

Lucius se levantó bajo un cielo estrellado con un dolor de cabeza increíble. Se encontraba totalmente asombrado y un poco aturdido por lo que había sucedido aunque no recordaba bien lo que sucedió. Con cuidado colocaba una mano en la cabeza para tratar de apaciguar su dolor; miraba a su alrededor un poco confuso buscando a su salvadora — la cual se encontraba sentada en un tronco esperando ansiosa por una respuesta del chico de ojos café. Tan pronto ella ve que Lucius intenta ponerse de pie, reacciona de manera inmediata a ayudarlo.

—Con cuidado, chico. Te puedes lastimar más la cabeza. — el ángel toma la mano de su protegido y lo apoya contra su cuerpo para que se acostumbre nuevamente a estar de pie.

— ¿Cómo t-te llamas?— pregunta Cage tartamudeando un poco al mirar fijamente a los hermosos ojos de su salvadora y apretando su mano un poco.

—Adeline, me llamo Adeline. — le sonríe al muchacho mientras este solo se encontraba maravillado luego de escuchar el nombre de esta.

— Y-yo m-me llamo Lu-Lucius Cage.— antes de que él pudiera terminar de decirlo todo, Adeline lo interrumpe con un simple contestación. —Lo sé. — sonríe nuevamente dejando al joven mucho más maravillado de lo que estaba. 

De pronto, solo se encuentra el silencio sepulcral entre los dos. Como si fuera poco, ninguno de los dos sabe qué decir. Solo se encuentran mirándose fijamente a los ojos, admirándose el uno al otro. Pareciera como si estuviesen contemplando sus almas. Dentro de unos minutos, Lucius al fin se puede poner de pie por sí solo, pero su dolor de cabeza no ha menguado todavía. Lo único que se le ocurre a la chica de largos cabellos es caminar sin decir una sola palabra dejando curioso a Lucius — el cual comenzó a caminar a paso rápido para alcanzarla al verse dejado atrás. Cuando por fin llega a donde su salvadora, toca el hombro de la misma para detenerla. El joven solo puede pensar en preguntar algo que le carcome su interior.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me salvaste?— esta vez no tartamudea y se escucha completamente serio al preguntar— lo cual inquieta un poco a Adeline.

—Uy, me asustas.—dice ella en son de broma, cruzando los brazos y sin despegar su mirada fija de los ojos marrones que la hipnotizan por unos segundo— Tengo que admitir que te he estado observando van días; no mereces morir. Ahora tú contéstame a mí la misma pregunta: ¿Por qué lo hiciste?— la pregunta hace que el cuerpo del chico se estremezca.

—Mi padre es un monstruo... Él no toma en cuenta lo que quiero y me desterró de mi hogar. Papá no acepta que él está mal. — él solo agacha su cabeza avergonzado; solo piensa que ella puede juzgarlo o, incluso, burlarse de él. No obstante, la respuesta que tiene de ella es todo lo contrario —lo cual sorprende a este joven roto. Adeline le brinda un reconfortante abrazo lleno de ternura y empatía. Segundos después, paran de abrazarse, pero Lucius no se contiene y abraza al ángel nuevamente aferrándose fuertemente a su cuerpo y a su calor.

Al sentirse abrazada nuevamente, ella solo suelta una risa suave, se puede decir que hasta dulce y mientras lo hacía pensaba en proponerle algo un poco atrevido. Ella sabe que si la respuesta a su propuesta es asertiva podría perder su hogar y su lugar en el cielo, pero para ella vale más lo que siente por ese chico.

—¿Quieres... escaparte conmigo y nunca volver a este lugar?— pregunta ella temerosa de su respuesta y con las manos temblorosas sujeta las de él para esperar su contestación a la propuesta que cambiara la vida de ambos.

—Sí, pero hay algo que debes saber.— Lucius capta la atención de Adeline rápidamente con sus palabras haciéndola temer por lo que podría decir. — Mi verdadero nombre es Lucifer, soy un demonio ahora. Como no me gusta mi nombre, de ahora en adelante me llamo Lucius. Así que, ¿cuál es el plan?— Adeline siente un gran alivio al escuchar eso. A su vez, suelta las manos del otro y se cruza de brazos nuevamente solo para responderle. — Ya lo sabía y con respecto al plan pues, ¿volamos? — ambos se miran determinados y al mismo tiempo, dos pares de alas completamente diferentes se revelan y se abren a los vientos comenzando así su vuelo hacia un nuevo destino.

Las grandes alas de Lucius son como las de un murciélago o un dragón, de piel roja oscura casi como el vino. Por otro lado, las de Adeline son igual de grandes que las de Lucius, pero están cubiertas de suaves plumas color marrón tal cual paloma o un buen capuchino. Ambas son igual de bellas, no se puede escoger un par sobre el otro, ambos de complementan y se contrastan. Pareciera que realmente sí nacieron para estar juntos, pero, ¿podrán ser tan felices? ¿Podría ese amor durar y sobrepasar todos los obstáculos que se les presenten?

Ambos vuelan juntos mirándose y sonriéndose cada minuto que pueden mientras hacen pequeños juegos al volar cerca de las nubes.

—¡Esto es vida!— grita el chico riéndose al sentirse libre planeando como un ave cerca de la persona que le salvó la vida y quien lo ayudó a pensar de manera diferente sobre la vida en tan solo unos segundos.

—¡Lo sé! ¡Esta es una de las cosas que te hubieses perdido si no te hubiese ayudado cuando te tiraste de aquel edificio! — exclama la chica planeando al igual que Cage.

—¡Tienes toda la razón!— Lucius se acerca un poco más a la chica de alas marrón y agarra su mano causando así que ella lo mire un poco sonrojada por dicha acción. —¡Gracias por no dejarme cometer una estupidez!— al terminar de agradecerle, ambos ven el lugar al que habías escogido para continuar con su vida de mortales y empezar de nuevo. Es por esto que ambos deciden volar bajo y aterrizar en un area que no esté a la vista humana solo para recobrar otra vez su forma mortal y mezclarse como si fueran personas comunes y corrientes.

A Demon's LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora