Primer día en Tailandia

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Primer Capítulo.

A mi mamá le ofrecieron una oferta de trabajo en Tailandia, a pesar de que mi mamá no sabe tailandés, ella iba a dar clases de inglés y no era necesario hablar el idioma nativo, pero como quiera, mi mamá desde hace un par de meses que le ofrecieron el puesto a practicado mucho tailandés, a veces la escucho hablando cosas en voz alta u otras veces cantando canciones en tailandés, y así con la puerta cerrada y ella hablando sola podría pensar cualquiera que pase cerca de la puerta que mi mamá está haciendo brujería, juro parece una especie de pacto con él diablo. La verdad no quería ir al otro lado del mundo, iba empezar en un colegio donde iba ser la única que no hablara su idioma y también no quería hablar todo el día en inglés, por suerte mi mamá me enseño inglés, pero y si nadie quiere hablar conmigo en inglés, me voy a sentir muy sola. De por sí ha sido difícil conseguir amigos aquí y ahora que me vaya a la otra parte del mundo. Yo solo tenía una amiga, Karen, bueno técnicamente nací con ella, tuve mucha suerte de que fuera mí vecina y que fuéramos a las mismas escuelas, creo que por eso era mi amiga, mi mejor amiga.

Ya afuera con las maletas, esperando el taxi, a lado estaba Karen, la hora había llegado.
—Te voy a extrañar mucho— Dijo con lágrimas.
—Yo también, solo espero que regreses en vacaciones si no tendré que ir hasta Tailandia y traerte de los pelos— lo dijo aguantando las lágrimas y al final soltó una carcajada, me reí con ella. Al final terminamos con un abrazo.
—Antes de que te vayas, quiero darte algo para que nunca me olvides— Me dio una cajita, la abrí y era un collar de Yin y el Yan, pero sin el Yan y la voltee a ver y ella tenía la parte de Yan. La abrace llorando.
—Nunca te voy a olvidar, lo juro—
—Eso espero ______ —

— ______ ya llegó el taxi — Gritó mi mamá.

El taxi le ayudó a mi mamá a guardar las maletas ya estaba todo preparado solo faltaba que yo subiera al taxi, abrí la puerta antes de entrar suspiré y abracé por última vez a Karen, cerré la puerta y por la ventana Karen movía su mano despidiéndose de mí, yo también le devolvía el adiós hasta que Karen desapareció del fondo. Nos dirigirnos al aeropuerto.

Después de un tiempo, abordamos el avión.

Lo primero que mi mamá hizo después de sentarnos, me tomo la mano y me dijo —_______ hoy empieza nuestra nueva vida — Dijo mi mamá muy animada. Al escuchar eso yo me enfade y puse mis audífonos.

Mi papá se murió hace un año y le acostado mucho a mamá poder seguir adelante y cuando por fin encontró una oportunidad de deshacerse del pasado, no lo pensó dos veces, viajando hasta el otro lado del mundo, donde no conocemos nada ni nadie, ni su cultura, ni siquiera su idioma.

Las horas se fueron volando y gracias al aburrimiento pude dormir las 6 horas de viaje. Hasta que me mi mamá movió bruscamente mi hombro.
—Hija ya llegamos— Con una sonrisa tan grande que hasta parecía el gato de Alicia en el país de las maravillas.
—¡No! — Susurre.
El camino fue largo e incómodo, tanto silencio, mi mamá ya sabía que estaba enojada así que en cuanto llegáramos al departamento claramente me iba a dar un regaño.

El colegio en el que voy a estudiar es el mismo en donde va a dar clases mi mamá y también va a ser mi nuevo hogar, los maestros de ese colegio ahí se quedan a dormir, bueno yo creo que algunos, ya que te dan pensión en el colegio, igual los alumnos pueden quedarse, es como un internado. Por fin llegamos el colegio era gigante. Nos recibió un señor gordo y jorobado, pero tenía pinta de ser buena persona al parecer no sabía hablar inglés, pero por lo menos le entendimos. Nos dijo hello welcome y con señas nos dio a entender que no entendía nada, nos ayudó con las maletas y nos llevó a nuestro nuevo "HOGAR".

Había una cocina en la entrada y una mesa con 2 sillas, un baño y dos dormitorios estaba sencillo y un poco acogedor.
—¡Está muy lindo no crees ______!—
—Si tú dices —
—Mira hija, entiéndeme es un buen trabajo y me pagan bien, no lo podía desaprovechar —
—No, no podías desaprovechar este viajar para olvidar así de una vez a mi papá—
—______ no vuelvas a decir eso, que quiera olvidar el dolor, no quiere decir que me quiera olvidar de tú papá, de mi esposo— Dijo con un nudo en la garganta. Me hizo sentir mal el ver que se estaba aguantando las ganas de llorar.
—Lo siento mamá no quise decir eso, solo que no me gusta este país —
—Todavía ni lo conoces te prometo algo te vas a terminar encariñando de este país, que ni te vas a querer ir—
—No, lo creo— Mi mamá me miro decepciona y suspiró.

Nuestra conversación termino gracias al cielo cuando se escuchó que alguien tocaba la puerta. Mamá fue a ver quién era. Al parecer era la directora del colegio mi mamá me pidió que la saludará, la directora hablaba también inglés, total me dijo que me iba encantar el colegio y que si quería me podía inscribir a un deporte o si quería me podrían enseñar tailandés como a mi mamá, porque mi mamá iba a tomar clases de inglés, yo le dije que tal vez, aunque la verdad es que no quiero.

Ordené todas mis cosas en el armario y cajones. Me vi en el espejo sonreí al ver mi collar, recordé enviarle un mensaje a Karen me recosté en la cama esperando un mensaje de Karen, pero no. Mi mamá llego a mi cuarto con libros y uniformes.
—Mira lo que me acaban de dar— Dijo emocionada.
—Son tus nuevos libros y ten una llave para que mañana los guardes en tu casillero, puedes creerlo un casillero, como en las películas y mañana usas tu uniforme azul, luego el blanco y cuando haces deporte llevas el deportivo a y ten el horario—
—¡Wow! ¿Gracias? — Contesté con sarcasmo. Mañana empiezan las clases, un nuevo año por suerte no tuve que empezar el colegio a mitad de año. Mi mamá me abrazo y me beso mis cachetes.
—¡Mamá!— dije con frialdad.
—No lo puedo evitar estoy emocionada—
—Se nota— Dijo haciendo una mueca.
—Ahorita vamos a ir a cenar con los maestros, para que te arregles—
—De verdad, ¿tengo que ir yo? —
—Sí, ¡arréglate ya! —

Fuimos a la cena, el comedor era grande y ahí se encontraba la directora saludando a cada maestro que entraba. La saludamos a ella y a cada maestro, se veían muy buenas personas, uno que otro que era creído, pero casi todos eran buena gente. Por suerte hablaban inglés y les entendía, cuando hablaban tailandés mi mamá y yo nos mirábamos pensando en qué dirán ni con los cuatro meses que mi mamá paso haciendo conjuros entendía mucho. Al final fue una cena tranquila, eran muy serios, y a pesar de que no se lo que acabo de comer, puedo asegurar que la comida tailandesa es muy rica.

Estudiando En TailandiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora