One Shots 》Nefelibata

Selfie 》Rubén

Hoy era el día...

Mis piernas temblaban, ¿Qué le diría?, ¿Como debía dirigirme a él?, ¿Qué pensaría el de mi?, ¿Tendré el valor para poder decirle todo lo que siento por el?, ¿Qué es lo que pasaría?.

Mi mente era una maraña de preguntas pero ninguna respuesta, estaba tan nerviosa aún no creía que estaba a punto de poder conocerlo, trataba de distraerme mirando a las demás chicas que esperaban ansiosas al igual que yo su turno para poder abrazarlo, todas con una gran sonrisa, preguntándose como seria poder verlo fuera de las pantallas de sus computadoras.

Me inquietaba más al ver la fila de chicas avanzar, cada vez estaba más cerca de la puerta tras la qué estaba el, mi estómago me dolía y mis manos sudaban, las chicas tenían al rededor de diez minutos para poder estar con el...

Cada vez que una chica salia del cuarto, salia con las mejillas rojas y una gran sonrisa, algunas con ojos cristalinos pero la enorme sonrisa seguía ahí y de seguro nadie la borraría.

—Tu, es tu turno.

Me hablaba un hombre que se asomo por la ventana.

—¿Yo?— preguntó con ingenuidad.
—Si.

Veo al hombre sonreír, ¡Joder!, que crédula he sido, si soy la última en entrar, ya entiendo la sonrisa del hombre.

Me acerco a la puerta, jugueteando con mis manos y mi cabello.

—Tranquila.

Me dice el hombre, me permite pasar y cierra la puerta a mi paso.

Me señala que camine hacia delante, mientras el camina hacia otra dirección, yo avanzó con mis pasos temblando y tras subir unos pequeños escalones...

Logró verlo, ahí está sentado en un pequeño sofá de color negro y yo a penas note lo que le rodeaba en ese momento me pasme al verlo alzar la mirada del móvil y sonreirme, ¿Esa sonrisa era para mi?, esa bella sonrisa con la que tanto había soñado, esa sonrisa que puso a mi corazón a latir como loco.

Se levantó del sofá y camino hacia mí, me extendió su mano y yo no pude reaccionar de otra manera más qué abrazándolo, lo escuche decir un pequeño 'Aww' y al instante respondió el abrazandome más fuerte, incluso me levanto un poco del suelo ya que era muy alto, mi cabeza llegaba a su pecho y por un momento pude oír su corazón palpitar haciéndome ver que era real esta vez no estaba soñado, el estaba ahí conmigo de verdad, una lágrima rodó por mi mejilla.

—Te amo, susurro.
—Ay, pero que mona— dijo el con ese tono de voz tan característico de el— también te amo, mi adorada desconocida, dice con una pequeña risita.

Yo solté una pequeña risa y sentía el calor a mis mejillas subir, le dije que lo amaba y el respondío.

—Vale, lo siento me he emocionado.

Y yo tengo tanto que decirte, no se como expresarlo sin decirte mil veces gracias, porque me has sacado sonrisas cuando más lo necesitaba, porque has estado para mi cuando nadie más lo hacía, titubeó al hablar.

—Gracias a ti muyaya, ustedes son los que siempre me apoyan día a día para seguir, así que el agradecido soy yo, me vuelve a abrazar.

—Qué me vas a hacer llorar— rió tratando de disimular.
—In moment gay— dice para hacerme reír consiguiéndolo.
—Es cierto, que solo tengo diez minutos y se han de estar por acabar así que me regalarías una foto por favor Rubius.
—Vale, pero podría regalarte más de diez minutos ya que eres la última, así que te invito a sentarte.
—¿E-enserio? ¿N-no ahí problema?
—Claro y no lo ahí, a no ser que intentes violarme— ríe.