Ocho

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Harry masticó su comida lo más lento posible, porque no quería parecer hambriento y mal educado.

— ¿No te gustaría quedarte con nosotros? — Mark preguntó de repente, sorprendiendo a todos los presentes.

— ¿Ustedes? — Estaba confundido, ¿para qué ellos querrían que se quedara con ellos?

— Si, quédate, amigo — Jack habló con la boca repleta de comida, y Louis quiso devolverlo todo ahí mismo. — Eres agradable.

— Jesús, eres tan asqueroso — Louis dijo arrugando su naricita.

— Soy Jack, no Jesús, tonto — Y entonces abrió la boca, mostrando todo el alimento masticado que ahí dentro estaba, causando múltiples chillidos para nada masculinos en Louis.

— ¡Eres un animal! ¡Asqueroso!

— Te amo — Dijo riendo, para después dejar un beso en la mejilla de su hermano menor. — Y tu me amas, porque soy el mejor hermano del mundo, deberían darme un premio, soy genial.

Louis limpió su mejilla con su pequeña mano mientras hacía muecas de asco, por mas que le gustaran las muestras de amor por parte de su hermano nunca lo admitiría, es como un código.

— Claro que no te amo, maldito idiota bueno para nada, neandartal, cerdo asqueroso, no quiero tu asquerosa saliva en mi cara.

— Ay ya, princesa delicada.

Louis bufó.

— ¿Y tu qué? Chimpancé, eres un salvaje asqueroso.

Mark y Harry miraban la pelea divertidos, Observar pelear a ese par de hermanos era todo un show para admirar, bastante divertido, mejor que ir al cine, sin duda alguna.

— ¿Y qué dices? ¿Te gustaría quedarte con nosotros? — Mark preguntó, volviendo al tema anterior y haciendo al apuesto rizado poner toda su atención en su persona, y dejar de escuchara ambos jóvenes que aún se gritaban insultos sin sentido.

— No quiero noles-molestarrrr — Alargó la "R" sin darse cuenta, Mark rió.

No era por el que lo invitaba a quedarse con ellos, era por Louis, porque se le veía bastante emocionado en la presencia del muchacho salvaje, y no quería que su pequeño corriera el riesgo de ir por la selva a buscarlo. Estaba mucho más seguro ahí, a la vista de Jack -que aunque el rubio tampoco tenía mucha responsabilidad, porque, vamos, es Jack de quien hablamos-, y ahí estaría a salvo de cualquier cosa que le pudiera suceder en el peligro de la selva.

— Oh, muchacho ¡claro que no molestas! Además, donde caben tres, caben cuatro ¿cuál es el problema?

Harry suspiró.

— Es solo que- no me gustaría incomodarlas-los — Se corrigió a sí mismo, sintiéndose completamente torpe

— Hijo de perra, deja de masticar con el hocico abierto — Louis chilló, para después sacar de su garganta unas arcadas, arcadas reales.

 — Te recuerdo que somos de la misma madre, tonto.

El pequeño bufó. Tenía tantas ganas de arrancarle todo su rubio cabello feo con sus propias manos, cosa que por supuesto no lograría hacer gracias a su poca fuerza, pero se vale soñar, y Louis soñaba con dejar tan calvo a su hermano mayor, tan calvo que lo confundirían con algún fan de Mario Bautista. 

Mark y Harry eran completamente ajenos a los gritos que se estaban pegando ambos hermanos, uno tratando de formular alguna respuesta coherente, y el otro pensando en como convencerlo.

— Vamos, quédate, Louis va a estar muy feliz con eso ¿no crees?

Vio a Harry sonreír, y entonces Mark supo con que podría chantajearlo -por supuesto que no sería nada grave solo uno que otro "si duermes en nuestra casa de campaña Louis va a estar mu feliz" o algo como eso.

— Tú, maldito simio apestoso bueno par na- —El ojiazul se interrumpió a sí mismo en medio de todos los insultos hacia su hermano — ¿Harry va a quedarse? — Preguntó, con los ojos brillando y Jack riendo detrás de el, con las mejillas hinchadas gracias a la cantidad de comida que estaba en su cavidad bucal.

— No saberlo aún, no querer molestar.

Louis frunció el ceño, y realmente pensó que eso era muy tonto de parte de Harry, es decir ¿pensar que el, Harry el ser más hermoso del mundo era una molestia? Vaya tontería.

  — ¡Claro que no molestas! — Exclamó — Quédate. Por favor — Hizo un pequeño puchero con sus finos labios. 

El corazón del contrario comenzó a latir de forma rápida contra su pecho, sentía que este se le iba a salir por la boca en cualquier momento y sin siquiera esperarlo. Tantas cosas que esa cosita pequeñita provocaba en el, y ni siquiera se tomaba el tiempo de notar que estaba volviéndolo completamente loco.

— Vamos, Harry, ¿no ves lo feliz que está Louis con la simple idea de tener a su Tarzán acá?

Louis bufó, y Harry frunció el entrecejo confundido, pues aún no sabía que era un "Tarzán", pero de todos modos al escuchar "Louis" y "felicidad" en la misma frase, asintió de forma lenta e insegura. No quería incomodar a nadie ahí con su parecencia.

— Estar bien, Harry se queda. — Murmuró

Louis se levantó del suelo con un solo brinco y lo abrazó chillando. Harry le devolvió el abrazo apenas un poco, intentando procesar lo bien que se sentían los dulces brazos del pequeño alrededor de su cuello, y el parado sobre las puntas de sus pies, para poder llegar por lo menos un poco más allá de donde comenzaban sus cejas y terminaba su frente. Rodeó su cintura con sus brazos, inseguro de hacer algo mal, y se sorprendió a si mismo al ver lo pequeña que era, tan pero tan pequeña que podría darle por lo menos tres vueltas con sus brazos -por supuesto que estaba exagerando, pero ¿a quién le importa? ¿quién no lo haría con esa dulce vocesita chillando de emoción en su oído y la suave respiración quemando en su cuello? 

— El amor, el amor —Jack dijo, haciendo a Louis terminar con el dulce abrazo que se estaban dando y gruñir en su dirección.

— Ya cállate idiota, me tienes hasta la-

— Louis — Mark le reprendió, con una ceja alzada, y Louis sonrió avergonzado y con las mejillas ligeramente sonrosadas.

— Lo siento, papi, no malas palabras, lo sé.


TarzánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora