Parte 4

22 0 1
                                    


A la mañana siguiente ya estando en el trabajo y aún sin responder el mensaje de Gustavo recibo una llamada de Vivian.

-Allieh ¿Cómo estás?

-Hey Vivian ¿Bien y tú? ¿Qué tienes? Noto tu voz apagada

-Allieh se trata de Joseph

-Vivian estas bien? ¿Qué te ha hecho ese hijo de puta? ¿Dónde estás en estos momentos?

Se escucha un llanto fuerte – Estoy en la cafetería que está detrás de mi casa

-Perfecto ya estoy allí, calmate

Guardo mi móvil en mi bolsillo trasero y me dirijo a hablar con los chicos para ausentarme un momento, ya que es algo urgente ellos me entiende y me dicen que no demore mucho pues el jefe podría llegar y al no verme se molestaría muchísimo. Cojo mi mochila, y monto en mi bici con rapidez, no tengo tiempo que perder y pedaleo con todas mis fuerzas entre la multitud de gente que se encontraba ese día en el muelle, por mi mente pasaban tantas cosas, Joseph es un cabron que lastimo a Vivian, la maltrataba física y verbalmente, hasta que un día Vivian dijo que se acabaría por completo toda clase de abuso fue y lo denuncio y para aquel entonces el había desaparecido no se sabía absolutamente nada de su paradero, Vivian asegura a verle visto varios días espiando tras las ventanas de su casa, por lo que sus padres tuvieron que contratarle un guardaespalda pero fue por un tiempo porque no se volvió a saber nada del hijo de puta ; con ayuda de profesionales logro superar todo aquello, pero Joseph no se cansó, el volvió y era a través de mensajes y llamas anónimas. Perdida en aquellos pensamientos noto que ya a pocos centímetros de mí se encontraba un chico con su tabla de surf, piso freno pero este intento fue en vano y choco.

Abro mis ojos y sobo mi cabeza, veo a los lados y hay gente viéndome pero estas no se detienen y siguen caminando con la excepción de un chico que esta acostado justo a mi lado como si estuviera muerto ¡Mierda lo mate! Lo observo con detenimiento, trago en seco y me le acerco para ver si escucho su respiración o que se yo, algo que me diga que está vivo, Buscando que hacer se me ocurre la maravillosa idea de abrir sus ojos, cuando estoy por acercar mi mano a su rostro siento un apretón en la mano -¡¿Ey que pretendes hacer? y esté abre sus ojos verdes, me quedo perpleja trago en seco y solo observo -¡Disculpa, solo quería ver si te encontrabas bien!. Veo que su abdomen tiene raspones y la cara se me cae de la vergüenza, yo tengo todos mis jeans sucio, supongo que patine con el culo tras la caída y agacho la cabeza y me sacudo mis jeans.

-Pues casi me matas, ¿Es un milagro que esté vivo sabes? – Se levanta y sacude sus short cortos y recoge su tabla la cual comienza a observar con detenimiento.

Yo comienzo a buscar mi bicicleta y para mi sorpresa está tiene todo el manubrio despegado y de la rueda trasera desconozco su paradero.

Este chilla -¡Joder tiene un raspon, si tan solo hubieses tenido cuidado por donde ibas nada de esto hubiera pasado! – Siento la cara hervir me parece grotesca su forma de hablar y le repico - ¡Ey ey crío mi bicicleta quedo en peores condiciones que tu estúpida tabla y no ando lloriqueando si tan solo no te hubieses atravesado en mi camino nada de esto estaría pasando! - Trato de recoger mi cabello ya que este anda suelto siempre y cuando poso mis manos en el recuerdo el patético sombrero ¡Joder antes del accidente estaba en mi cabeza sin eso en el trabajo el jefe se enfadaría! Me doy vuelta y comienzo a buscar el dichoso sombrero.

-¡Bien bien tienes razón, tu bicicleta quedo peor pero venga, acepta que la culpable fuiste tú! ¿Ahora que estás buscando?

Coloco mis ojos en blanco y lo ignoro, sigo con lo mío, lo último que quiero es seguir hablando con ese idiota.

-¡Venga ya acepto que el culpable fui yo entonces, se ve que tienes un carácter terrible!

Fijo mi mirada en el piso del muelle hasta que por fin veo el sombrero salgo corriendo y lo cojo, lo sacudo mientras me dirijo a mi bicicleta, o bueno lo que queda de ella.

-Lindo sombrero – y comienza a burlarse de el

Yo solo lo miro con odio, quiero matarlo, mi mochila seguía guindada de mis hombros así que está vez si guardo el sombrero dentro de ella

-¿Se puede saber en qué venias pensando?, venias muy rápido.

-¡Joder Vivian! Ha de estar esperándome la pobre llorando en la cafetería y yo aquí y ahora para completar todo esto sin bicicleta!

-Ey ey calmate ¿Si? ¿Tienes una emergencia o algo así? Yo podría llevarte

-Pues venga no hay tiempo que perder te lo agradezco.

Cogí con su ayuda lo que quedaba de bici y comenzamos a correr hasta el estacionamiento y allí se encontraba una Jeep Wrangler color gris. Guardo todo en el maletero y subimos.

-¿A qué cafetería dices que tenías que ir? – Pregunta rascando su barba ¡Joder no me había dado cuenta de lo sexy que era! Con la voz entrecortada le digo – A CaffeRoma en la calle 12

-Vale, amo los Mokaccinos que sirven esa cafetería el dueño se llama Ignacio, gran amigo de mi familia- Este sonríe y me observa, yo le devuelvo la sonrisa. -Bueno me llamo Alessandro Balzerreti- Este extiende su mano hacia donde estoy, la tomo -Allieh... Allieh Collins-

-Lindo nombre- Yo solo sonrió – Hagamos algo, ya que vas a la cafetería por una emergencia que presenta posiblemente tu mejor amiga, no creo apropiado que te bajes con restos de una bicicleta, cuando termines tu charla con tu amiga solo llamame que yo te paso buscando y te dejo en tu casa con tu bicicleta, ¿Estás de acuerdo?

Pensé por unos segundos y concluí con que la mejor opción sería esa así que acepte y guarde su número

Llegamos a la cafetería y para mi suerte Vivian aún se encontraba allí, me bajo y le doy las gracias, el giñe un ojo

– Llámame ya sabes

-Vale lo haré

$?X�S}�

Un amor de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora