Capítulo 1: Comienza una aventura.

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Me encontraba en una habitación completamente a oscuras. Había un profundo silencio, que le ponía aun mas tensión a la situación. ¿Dónde estaba? ¿Que ocurría? No podía moverme, tampoco gritar, ni siquiera para pedir ayuda, solo me quedaba esperar. De repente, sentí unos pasos, había alguien cerca.

-Hola, ¿quién anda ahí? -grité asustada.

Escuché la voz de un tipo, la cual no me agradó para nada. Se encendió la luz por un instante, y pude ver su rostro, el cual, tampoco me agradó. Tenía una expresión muy poco amigable. Sentí como se acercaba lentamente a mi, en la oscuridad, y reía macabramente.

-Por fin, Micaela, por fin logré lo que quería. Después de tantos años... -dijo mientras caminaba alrededor de mi, aun con esa risa macabra-. Decile adiós a tu canal, adiós a tus amigos, adiós a familia, y adiós a ella, para siempre.

¿Ella? ¿Quién era ella?

-¡No por favor! -apenas alcancé a decir entre sollozos y lágrimas-. ¡Dejame ir, por favor! ¡No!

Abrí los ojos. Salté de la cama casi temblando, el corazón se me estaba por salir. Lo primero que hice, fue ver mi celular, y sí, en efecto, el canal seguía siendo mío, y los 400k seguían allí. Ya van 3 o 4 veces que sueño lo mismo, y todavía no entiendo por qué. Al ver mi celular, también me di cuenta de que tenía 7 llamadas perdidas de Pablo, y 2 de Bar. Abrí los ojos como dos platos cuando vi la hora. Demonios, me quedé dormida. Eran las 2 de la tarde y habíamos quedado en encontrarnos en la casa de Bar a la 1, para grabar el segundo video de la semana Mica Suarez. Me vestí lo mas rápido que pude, agarré todas mis cosas y salí volando de mi casa, mientras intentaba llamar a Pablo, para explicarle lo ocurrido, y decirle que ya estaba yendo para ahí.

-Pablo, ¿me escuchas?

-La puta que te parió provinciana del orto, ¿donde carajo estás?

-Ya estoy llegando -mentí-. Me quedé dormida, ya sabes que no pude descansar en toda la semana.

-¿Otra vez por lo mismo?

-Sí, es la cuarta veces que me pasa, me estoy empezando a asustar.

-Bueno Mica, son sueños nada más, tampoco es que va a aparecer el tipo en tu casa y te va a robar tu canal, quedate tranquila, no pienses en eso, y apurate porque hace una hora te estamos esperando, yegua.

Sin pensarlo dos veces, hice lo que me dijo Pablo, traté de tranquilizarme y no volver a pensar en ese "sueño", o mejor dicho, esa pesadilla, que me estuvo atormentando toda la semana. Me tomé un colectivo, sabía que iba a demorar en llegar a capital, por eso me relajé, me puse mis audífonos e intenté olvidarme de todo. Miré por la ventana, el día estaba algo nublado y parecía que iba a llover, ¿pero que más da? me dije a mi misma, si al final amo la lluvia, y no hubo días así en todo el verano. De todas formas, no veía la hora de llegar a casa de los chicos, sobre todo porque ya quería empezar a grabar el segundo video del especial, pero tranqui Mica, que el viaje es largo, y esto recién empieza.

Samen voor altijd (Barbica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora