Capítulo 3: La pesadilla.

2.1K 154 8
                                    

Me desperté aparentemente temprano, me froté los ojos y con un poco de dificultad logré tomar mi celular para ver la hora, eran apenas las siete de la mañana, y me frustraba el hecho de que por haberme despertado ya no podía volver a dormirme. Me senté en la cama, Pablo y Mica seguían durmiendo como dos angelitos. Levanté un poco la persiana para que entrara la luz del sol, fui al baño, me lavé un poco la cara, y cuando volví al cuarto me senté en los pies de la cama, dándole la espalda a los chicos. De repente escuché a Micaela gritar, y me dí vuelta para ver que ocurría.

-¡No! ¡No por favor! ¡Dejame salir, no me hagas nada! -gritaba dormida.

-Mica, eu, despertate boluda -sacudiéndola despacio y dándole suaves golpes en la cara.

-¡Ay! -abrió los ojos de golpe, estaba asustada-. ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? -dijo con la respiración acelerada.

Pude notar que estaba muy nerviosa y completamente confundida, al parecer tuvo una pesadilla.

-Tranquila, estás en mi casa, viniste ayer a grabar un video. Me parece que soñaste otra vez lo mismo, Mica, pero está todo bien, fue un sueño nada más -le dije intentando calmarla.

-Fue horrible Barbara -dijo con un nudo en la garganta, estaba apunto de llorar-. El tipo nos había secuestrado a los tres, y ustedes dos se escaparon, pero a mi me agarró, y me iba a matar -se le quebró la voz, no aguantó más y se le cayeron un par de lágrimas, además de que seguía con la respiración agitada. 

-Ay, beba, no llores, vení, tranquila -me acerqué a ella y la abracé fuerte, para hacerle saber que estaba todo bien-. No llores Mica -secándole las lágrimas-. Ya pasó, fue solo un sueño, te voy a traer un vaso con agua -iba a soltarla, pero ella se aferró mas a mi. 

-No, no te vayas por favor, quedate, quedate acá.

Me sorprendió su petición, ya que no solemos darnos abrazos, ni besos, y pocas veces somos tiernas entre nosotras. Al parecer, realmente tenía mucho miedo. Tenía muchas ganas de decirle que la quería, era la oportunidad perfecta para dejar salir un poco mis sentimientos, que siempre están muy bien guardados.

-Mica, te...

-Chicas, ¿qué hacen despiertas? ¿no es muy temprano? -dijo Pablo desperezándose.

Si será posible.

-Son casi las ocho Pablo, nos despertamos recién.

-Bueno, pero... -se quedó callado al ver que Mica estuvo llorando-. ¿Qué le pasó? -preocupado, sentándose en la cama.

-Nada, lo mismo de siempre, no te preocupes -dijo más tranquila, frotándose los ojos.

-¿Cómo lo mismo de siempre? ¿Qué es lo mismo de siemp... -se detuvo a pensar un momento, hasta que se dio cuenta-. Ah, ¿lo del sueño?

-Sí Pablo, lo del sueño -dije algo molesta.

Pablo la acompañó a lavarse la cara, y yo me quedé tendiendo la cama. Ella tenía que estar antes de las diez en su casa, porque era el cumpleaños de su hermana, y su familia le estaba preparando una sorpresa, por lo que ni bien salió del baño, pasó todo lo que grabamos con nuestra cámara a un pendrive, y guardó todas sus cosas. 

-¿Ya te vas? -preguntó Pablo.

-Sí chicos, tengo que llegar rápido a mi casa, sino mi vieja me mata, le dije que iba a estar ahí temprano para ayudarla a organizar todo.

-Bueno, bajamos a abrirte entonces.

Cuando estábamos abajo, ambos la abrazamos y le dimos un beso en el cachete, y aunque se fue más calmada y tranquila, no se por qué razón tenía un mal presentimiento dando vueltas por mi cabeza, quizá no fue la mejor idea dejarla ir sola después de haber tenido una pesadilla tan... tan fuerte. En fin, solo espero que esté bien.

...

Me tomé un colectivo que supuestamente me dejaría a unas pocas cuadras de mi casa, la verdad no tenía muchas ganas de festejar el cumpleaños de Belen, todo el tema de los videos me tenía muy estresada, y sumándole los "sueños" que estuve teniendo estas semanas, mi energía estaba en menos cero. Mientras caminaba hasta mi casa, traté de mentalizarme de que amo hacer videos, por lo que no tengo que verlo como un trabajo, ni como algo que me genere estrés, sino como algo para distraerme de los verdaderos problemas que tengo, o de las cosas que me afectan, como los sueños por ejemplo.

Tranquila Mica, son sueños nada más, no hay nada de que preocuparse.

Me dije a mi misma, y ya estaba convencida de eso, hasta que llegue a la esquina de mi casa, y vi algo que sinceramente, hubiese preferido no ver. Estaba la reja abierta, y había dos tipos vestidos de negro, con armas en las manos. Me paralicé al verlos, quedé completamente helada, el pulso se me aceleró. Me escondí atrás de una columna para que no me vieran. Comencé a temblar, miles de sensaciones pasaron por mi cuerpo, entre ellas, tuve un déjà vu, numerosas imágenes e incontables recuerdos pasaron por mi mente en menos de un segundo. Aunque ese déjà vu, no fue precisamente algo que ya viví, sino algo que soñé. Esos tipos eran los mismos que amenazaban con matar a mi familia en uno de mis sueños. Ahora me cierra todo, no eran sueños, eran pesadillas, y se estaban volviendo realidad. Cuando volví a mirar, uno de los tipos me vio, y le hizo señas a su compañero para decirle que me había visto. Temí por mi vida, jamás estuve tan nerviosa. Ambos me clavaron la mirada, y comenzaron a correr hacia mi, por lo que no me quedó otra opción que huir, huir por mi vida. Empecé a correr sin saber a donde iba. No miré hacia atrás en ningún momento, solo corrí, hasta que llegue a un callejón donde me escondí, mientras pensaba que hacer. Era consciente de que si esos tipos me encontraban, probablemente no cuente la historia. Quién sabe de lo que eran capaces de hacerme.

¿Quienes eran y que querían en mi casa? ¿Cómo carajo saben donde vivo y qué le habrán hecho a mi familia? Estoy sola en un callejón y tengo mucho miedo.


Samen voor altijd (Barbica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora