Capítulo 5: ¿Una mafia?

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Me desperté temprano, a eso de las ocho, Pablo y Bar se habían ido anoche a su casa, todo lo que pasó acerca de los delincuentes que me persiguieron ayer los dejó completamente cansados, se merecían descansar y estar tranquilos. Ojalá hayan dormido bien, pensé, aunque debo admitir que yo no pude, porque si bien esos hombres ya estaban presos, y la justicia se estaba encargando de ellos, me quedé con miedo... ¿cómo es qué soñé exactamente lo que pasó? ¿será que predigo el futuro en mis sueños? No es la primera vez que me pasa, cuando era niña soñaba muchas cosas que días después ocurrían. Me lo dijo Barbara una vez, ya que ella sabe mucho acerca de los sueños, y todo lo que sucede cuando dormimos. Se llaman sueños premonitorios, pero la pregunta es, por qué los tenía. Seguramente me muera con la duda, y mejor así, porque no quería volver a saber nada de esos tipos. 

Que bipolar que sos Micaela...

Me lavé la cara, me despejé un poco y bajé a la cocina para prepararme un café, necesitaba energía para el resto de la mañana, tenía que grabar los videos que me faltaban para la #SemanaMicaSuarez, y créanme que después de todo lo que pasó, no era nada fácil. Al parecer seguían todos durmiendo, menos Belen, que estaba en la cocina desayunando.

Que madrugadora esta chica...

Nos saludamos en silencio, para no despertar a nadie.

-Buenos días -susurró con la boca llena, estaba comiendo una medialuna.

-Buen provecho querida, ¿quedó alguna medialuna?

-No, me las comí todas yo -lanzando una risa pícara. 

-Que hija de puta -sentándome en la mesa.

-Bueno che, igual vos tenes otras cosas para comer -lanzando otra risa aun más pícara que la anterior.

-¿Qué? -pregunté confundida-. ¿De qué hablas pancha?

-Dale Micaela, no te hagas, yo vi como se miraban ayer, como se abrazaban, como te cuidaba, como se preocupó por vos...

-Sigo sin entender, ¿de quién hablas?

-De Barbara idiota.

Miré a Belen confundida. Esta chica está mal, muy muy mal. No entiendo, ¿como podía pensar que entre Barbara y yo pasaba algo?

-Decís cualquier cosa -bajé la mirada.

-No nací ayer, me doy cuenta cuando dos personas se gustan, se quieren, o quieren estar juntas -dijo con toda la seguridad del mundo-. ¿O qué? ¿Me vas a negar que te morís por estar con ella?

-No me muero por estar con nadie, además, vos más que nadie sabes que no soy lesbiana, ni bisexual, ni nada de eso, nunca me gustó una chica y nunca me va a gustar, cortala. 

Sinceramente esa charla con mi hermana me puso de muy mal humor, me enojaba y enfurecía mucho que me acusara de gustar de una chica, y más de Barbara. Sé que no tiene nada de malo, al contrario, quizá me iría mucho mejor en una relación con alguien de mi mismo sexo, seguro nos entenderíamos más, simplemente me molestaba el hecho de que dijera con tanta seguridad algo que no era cierto. Me levanté de la mesa, y fui a buscar sobres para hacer café. Para mi buena suerte, se habían terminado, por lo que decidí ir a comprar al almacén de la vuelta. Le avisé a Belen que saldría, y que no demoraría en volver. Agarré mis llaves y mi celular, por si las dudas, y fui directo al almacén. Milagrosamente sí vendían sobres de café, porque tengo tanta suerte, que a lo mejor no quedaba ninguno. Le pagué al amable vendedor y salí por la puerta, y justo en ese instante sonó mi teléfono.

Seguro es Belen, que quiere que le compre algo, pensé.

Para mi sorpresa, no era el número de mi hermana, sino que en la pantalla, decía: Número privado.

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2016 ⏰

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Samen voor altijd (Barbica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora