Prólogo

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En el fondo siempre sabes que tarde o temprano nada es perfecto y todo se acaba rompiendo. Después de todo somos muñecas de porcelana en un estante. Todo lo que vemos parece perfecto dispuesto en ese lugar para nuestro propio disfrute, todo parece sacado de un mundo fantástico y maravilloso. Las muñecas que nos rodean son todas y todos son tan simpáticas, cariñosos y amigables. Entonces olvidamos la verdad de la vida nadie nos quiere tal y como somos solo nos quieren para su propio provecho y hasta a las personas que más queríamos y a las que más teníamos confianza solo juegan con nosotros y nos quieren por su bien propio no por ser nuestros amigos o solo tal vez éramos demasiado pequeños para tan solo abrir nuestros ojos y darnos cuenta de lo que nos rodea, quizá jamás nos lo han explicado. Quizá aceptarlo no sea fácil, quizá no merezca la pena vivir solo para complacer a los demás y tan solo quizá una mota de polvo milimétrica no pueda afrontar un problema de dimensiones kilométricas y se vuelve imposible aceptarlo hasta llegar al punto en el que te supera.

Justo todo esto le ocurre a Astrid Mahoney una chica de dieciocho años en último año de bachillerato y descubre que todo a su alrededor se ha desmoronado con ella dentro,  la pregunta es , ¿puede soportar una chica que todo en torno a ella se rompa sin romperse ella misma? Porque no somos perfectos y ,sobre todo, no somos irrompibles.
Editado

¿Qué más da si estoy rota? [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora