-Alonso ve a sacar el pastel del horno ya debe estar listo.
-Si mi amor -entró a la cocina-
Un nuevo cliente había llegado, lo supo cuando se hicieron sonar las campañas al abrirse la puerta.
-Buenos dias, ¿que te puedo ofrecer? -preguntó amable Vadhir-
-2 cafés por favor y un par de panecillos.
-¿Los cafes, Sencillos o la especialidad de la casa?
-La especialidad
-El café más rico que probara nunca, se lo aseguro.
Jos fruncio el ceño y miro al chico un tanto impresionado y desafiante.
-Mi amor, sirve dos cafés para llevar -Grito el castaño en la puerta de la cocina-
Jos sonrió ante tal acto, pues escuchó una dulce voz respondiéndole "voy"
Alonso no había salido de la cocina, pero podía sentir algo extraño en el pecho que lo hacia sentir un poco incómodo.
Jos saco su billetera, para pagar aquel líquido pero un billete cayó atascandose en el mueble de madera.
Alonso salió y le entregó ambos cafés a Vadhir.
-¿quieres que los cobre? -sonrió el pelirrojo-
-No mi vida, vuelve a lo tuyo.
Alonso asintió y volvió a la cocina, en ese momento Jos logro obtener el billete y se levantó viendo al chico con su orden en manos, le entregó el billete y el chico se cobró regresando unas cuantas monedas a cambio.
-Gracias, Buen día.
-Igualmente- sonrió el pelinegro-
Salió del establecimiento, llevando con Cuidado el café caliente hasta con su madre.
Regresaron Camino al Hotel, disfrutando su panque y su rico café italiano.
Alonso nunca salió de la cocina para ver a aquel nuevo cliente, no sabía quién era pero daba igual tenían muchos clientes, justo hoy no hiba a venir alguien importante ¿o, si?
A Jos nunca se le ocurrió pensar que su pequeño era aquel chico que se hallaba adentro de la cocina.
Ambos se encontraban a unos cuantos metros y sólo una barda impedía que se vieran, pero...ninguno de los dos sabía que se reencontrarían en ese lugar..