Volver a empezar. (3/3)

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De camino al restaurante chino donde antes solía ir más a menudo , nos mantuvimos en silencio.
Algo incómodo y frío.

Tenía que hacer o más bien decir algo.

- ¿Y desde cuando trabajas de enfermera? 

Su mirada se clavo por unos segundos en mi.

- Unos años. Desde que mi madre...unos años.

Volví a mirarla , algo no quiso contarme. Pero está en todo su derecho

Volví a fijar la mirada a la carretera.
Me adentré al centro buscando un parking de pago.

No me gustaba dar vueltas buscando aparcamiento cuando tenía uno aúna manzana del restaurante.

De pago si , pero aparcamiento sin dar más vueltas de lo necesario.

Salimos a la vez , mientras ella buscaba algo en el bolso yo me iba acercando para retirar el ticket.

- ¿hola tata como estas. Qué tal tu día ?  Si el mío fue igual. Corto pero intenso. Si. Bueno pues aprovecha y sal un rato. Yo tardaré un poco más en llegar. No. Es que un...conocido me invitó a comer. Si. No. No. ¡No!  Ya te contare. Si. Y yo a ti nos vemos.

Se acercó a mí con paso decidido. 

Sonreí al tenerla cerca de mi. Ni lo sé porque.

Supongo que por educación.
O porque verla vestida así de enfermera cuando a noche la vi prácticamente desnuda y moviéndose de esa forma... No puedo olvidar su cuerpo. Como acariciaba su cuerpo.
Nuevamente está empezando a tener una erección. Y maldije mentalmente por ponerme estos pantalones algo ajustados.

Nota mental: no ponerme pantalones ajustados cuando quede con una mujer.

Aunque no solía empalmarme sin un roce o una mirada ardiente. Eso ya hacía que la presión de abajo se disparase.

Pero fue suficiente la imagen de a noche.

Otra noche que me toco darme una ducha fría mientras ahogaba mi deseo y mi dureza entre mi mano.

¡Maldición! Necesitaba una mujer ya. Llevaba una maldita semana matándome a pajas por no llamar a Rebeca o buscar a alguna que le interese pasar una sola noche conmigo. Solo eso.
Sexo. Sin sentimientos y al terminar si te e visto ni me acuerdo.

Aunque era muy fácil para mí encontrar una mujer.

Todas caían con un solo roce mío. O simplemente una mirada bastaba para encenderlas como a una cerilla.

Di paso a la morena rozando su espalda.
Como me gustaría haber tocado su piel y no este trozo de tela.

La guíe hasta pasar la calle y girar a la izquierda y ahí estaba.

Era un restaurante grande.

Servían desde comida china. Hasta paella. Si.  Tenían también un cocinero español. Para la gente que le gusta la comida española en restaurantes chinos.

Al entrar shoimu como siempre muy amable recibió tanto a mi como a mi acompañante de la mejor forma que sabía.

-Buenas talde señol. Mucho tiempo sin venil pol aquí. Y buena compalia.

Sonreí y lo salude como siempre hacia. Estrechando las manos.

- Si mucho tiempo. Apenas me aparto de los negocios para brindarme a mí mismo un poco de tiempo.

Volvió a sonreír al chico sin dejar de mirar a la chica.

- Mesa de siemple.

- Si por favor.

DELICIOSA MENTIRA (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora