Psicópata.

Capitulo 5

Mi ropa se impregnó del líquido rojo que Damian tenía.
Mire el cuarto oscuro y el cuerpo sin vida a pocos pasos. Estaríamos en la cárcel en pocos minutos.

Mis manos temblaban como nunca y mi respiración era entrecortada sentía mis ojos hinchados por las lágrimas y mi garganta dolía a causa de los gritos.

- Debemos irnos Sky - intento levantarme pero mis piernas no me sostenían.

Negué mientras me volvía a sentar con miedo, - No puedo moverme - susurré con temor.

- Vamos amor debemos salir de aquí antes que la policía llegue - paso sus manos por mi cintura y piernas sujetándome con fuerza. Mi rostro fue directamente a su cuello oliendolo.

Entró en el carro luego de ponerme el cinturón de seguridad y cerrar bien la puerta. Lo mire de reojo.

- Damian ponte el cinturón de seguridad - limpie mis lágrimas.

- Sólo me interesa tu seguridad que importa la mía en estos momentos. Sólo debo llevarte a casa donde estarás segura.

Mordí mi labio hasta que esté sangró - Iras a la cárcel - pregunte con un nudo en la garganta. Damian sonrió.

- Tranquila amor no es para tanto sólo fue en defensa propia.

Algo muy en el fondo de mi no aceptaba aquella respuesta

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Mire a mi perro y caí al suelo junto a él mientras lloraba.
Damian se había marchado, diciendo que tenía asuntos que arreglar.

- Estoy asustada - mi perro puso su cabeza entre mis manos.

Realmente estaba asustada, No conocía a Damian, había matado a una persona de una manera atroz y se empeñaba en seguir junto a mi aun cuando yo no quisiera.

Mire mis manos que temblaban. La puerta sonó, mi perro se puso alerta y yo no sabía que hacer.

Decidí abrir para encontrarme al oficial que Damian conocía.

- Estas bien, te ves muy pálida.

Negué mientras lo miraba extrañada - Susede algo oficial.

Asintió - Es sobre Damian, Cuando escoge un objetivo es difícil que este quede vivo al final del día. - Sonreí entonces yo era la estúpida excepción.

- No comprendo. - Esta claro que me estaba advirtiendo algo que yo ya había averiguado de la peor forma.

- Mantente alejada de Damian si quieres seguir con vida, no lo digo como amigo sino como oficial. Damian no es alguien en quien debas confiar.

Asentí - Estoy ocupada - se despidió y se alejó.

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Habían pasado 3 meses desde que Damian había desaparecido como harte de magia, no sabía si estaba vivo o muerto. Todas las noches me despertaba gritando y llorando recordando como Damian había asesinado a aquel hombre.

No sabía que decía el profesor de historia nisiquiera entendía lo que trataba de explicar con tanto entusiasmo.

El timbre sonó y todos salieron mire la ventana el sol estaba brillante y el aire era fresco. Salí al patio y me senté debajo de un árbol. Los chicos parecían divertirse y yo era la única que se mantenía sola. No conocía a nadie y tampoco quería hacerlo me sentía incómoda cuando las personas se acercaban a mi.

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Mire la puerta de mi apartamento entre abierta, deje de respirar y con cuidado la abrí me lleve una mano al pecho y mire a Horus en el suelo contento mientras Damian jugaba con el y lo acariciaba.

- Damian. - levantó el rostro y me sonrió ampliamente mientras levantaba una ceja.

- Hola cielo - se levantó - Me hisiste falta hermosa.

Una sonrisa salió de mi, se que pensaran que estoy mal de la cabeza pero de verdad extrañaba a Damian.

La forma en la que me miraba y la forma en la que sonreía cuando me miraba era mi maldita adicción.

Camine con lentitud, Damian se reclinó de la mesa del comedor con sus manos cruzadas sobre su pecho.

Mis brazos rodearon su cuerpo, por un momento se tenzo. Al instante era yo la que estaba entre sus brazos.

- Te extrañe - mi voz sonó débil con dolor.

Sus manos me sujetaron y de un momento a otro estaba acostada en la mesa y Damian encima de mi besándome con desesperación. Mi cuerpo reaccionaba sólo, mis manos rodearon su cuello atrayéndolo más a mi y mis piernas se enredaron en su cintura.

- Siento haberte dejado sola - susurro en mi labios. - El problema ya está más que resuelto .

Asentí mientras lo besaba con suavidad.

Esperen, enrealidad no lo conocía, me aleje con cuidado ya que sabía que si se molestaba yo pagaría las conciencias.

- Que Problema - lo mire

- Sólo es algo que fui a resolver - sonrió y se alejó dejándome espacio para ponerme de pie.

- Damian, que hiciste. - mi corazón latia con fuerza.

- No te alejarás de mi nunca, eso te basta.

Mi celular sonó y con mis manos temblorosas tome la llamada.

- Bueno - susurré arrepentida mientras lo veía sonreír.

- Bueno hablo con la señorita Sky.

- Si, con quien habló.

- Habló de el hospital, sus padres tuvieron un grave accidente.

Mis ojos buscaron a Damian que me miraba con posesión.

- Como, ellos están bien - Me altere mientras buscaba en mi cartera el teléfono de mi primo Esteban.

- Lamento informarle que murieron.

Damian me miró y el celular callo al suelo en miles de pedazos.

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