La noche ya se hacía presente ante nuestros ojos, el frio y la niebla sacudían nuestros cuerpos con leves escalofríos, pilas de autos chatarras acompañados con basura por montones, bañaban el lugar con un aspecto sucio y frio, que si el mismo demonio estuviera aquí seguro se sintiera como en casa. Sin darle mucha importancia al clima, deslicé mi mano de mi regazo hasta la llave del auto apangándolo.
–– ¿Listos? ––. Asintieron con la cabeza efusivamente ––Ya saben lo que tienen que hacer. Matt y Kate irán al este, detrás de los arbustos ¿vale? ––Dije en voz baja ––, Peter, Carlos vendrán conmigo, entraremos y buscaremos cualquiera que se interponga. Si tratan de disparar contarle el cuello, yo iré hacia la oficina de Antonio y hablaremos un poco.
La venganza nunca formo parte de mi y nunca lo será, pero ese sentimiento que se despierta en mi, es algo que me ciega y me llena de ganas de destruir y simplemente no lo puedo evitar.
Poniéndome el pasamontañas por encima de la cabeza, pasé el cabello restante por el lado de mi hombro. Esperamos a que fuera el momento perfecto y este era el perfecto, cuando escuchamos un grito ahogado y a los segundos el sonido de un disparo resonó en nuestros tímpanos.
Carlos hizo un movimiento con su cabeza, indicándonos para salir del auto. El suelo era fangoso, pero gracias a la insistencia de Kate trajimos botas. El almacén estaba iluminado con escaza luz a pesar de las altas horas de la noche.
––Atrás de los arbustos, ¡YA! ––. Dije en un susurro alto. Vimos como Kate y Matt se deslizaban por el fangoso suelo, sin hacer ningún tipo de ruido. Al llegar hicieron unas señas con las manos,’ todo estaba bien’.
Casi gateando hasta la puerta nos escondimos detrás de unas cajas, extrañamente apiladas en suelos tan pegajosos. Mi respiración era agitada por la adrenalina que corría por mi cuerpo, consumiéndome hasta un punto de querer pasar un cuchillo por la garganta de alguien.
––Peter, Carlos pasáis primero. Revisen si están los hombres de Antonio ––. Caminando hasta la puerta oxidada de metal, la derrumbaron con una sola patada. Minutos después vi como Carlos asomaba la cabeza, haciendo un movimiento con la cabeza para que entrara.
El almacén estaba casi vacio a excepción de unas sillas alrededor de un pequeño escritorio. Cervezas acompañando los costados de las sillas, vacías totalmente.
––Iré arriba. Vacíen los galones de gasolina alrededor del almacén ––Dije levantando mis manos señalando las ventanas, de vidrios rotos ––.Cuando me veáis bajar las escaleras, enciendan todo. No importa si no he salido, solo háganlo rápido. Vigilen la entrada.
Dándome media vuelta comencé a caminar, siendo consiente de los cuerpos tirados sin vida en el piso con sangre alrededor de sus cuellos. Excepto por uno que tenia un hoyo en la sien.
<<Seguro ese fue el que oímos gritar>> Pensé, mientras caminaba rumbo a las escaleras que me llevarían donde estaba la oficina de Antonio.
El pasillo estaba completamente vacio, iluminado por la resplandeciente luz de la luna, que entraba por la ventana. La pequeña sombra de mi cabeza se veía en el piso, tacita y oscura.
Una sola puerta se hacia presente en el pasillo, caminando silenciosamente hasta estar frente de la puerta, respire profundamente, repentinamente sintiéndome ajena a lo que yo sabía que iba a pasar. Solté el aire de golpe calmándome. Con la respiración más calmada deslicé mi mano hasta la parte trasera de mis jeans sacando la pistola. Con balas suficientes, giré el pomo de la puerta, con dedos fuertes sostuve el arma en mi mano.
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Sinners
FanfictionSusan Jhonson está dolida por que lo único que la acompañan son recuerdos. Su deseo era eliminar a los que la destruyeron, solo que su objetivo no estaba dirigido por la venganza, ella solo quería el bien para todos...Eliminar a los pecadores y sent...