Estacioné el auto al otro lado de la calle, que daba justamente por detrás del teatro. No pude evitar los escalofríos que me recorrieron por la columna, cuando bajé del auto y el frio viento de Octubre me azotó la cara.
Que las calles estuviesen sin ni un alma transitándolas, a pesar de que apenas eran ––Miré mi reloj de muñeca––, las cuatro menos diez, sin duda todo esto era una obra perfectamente planificaba por Bieber,<<Solo faltaría el molino de paja, rodando delante de mí>> pensé irónicamente.
Es que claramente con su “Soy experto en asustar y amenazar a la gente” logró que las personas no anduvieran por estos lares, o simplemente estarían viendo la siguiente función en el teatro, fuese lo que fuese lo había logrado a la perfección. Si quería engatusarme con seguir andando hasta encontrármelo cara a cara, lo había logrado. Caminé por la acera, atravesando el cercado de malla que separaba el estacionamiento del teatro con la calle.
Entonces la vi.
Una moto negra estrambótica, grande. Estacionada en el final de la acera, dándole la bienvenida al principio del callejón, iluminaron mis ojos con escepticismo.
Menos de diez pasos me faltaban para cruzar y encontrarme con un callejón sin salida
<<Oh dios…No me abandones cuando te necesito… por favor>>.
Aferré fuertemente mi mano alrededor de la glock, situada en la parte trasera de mis jeans, sintiendo un poco de confort al saber que tenía un arma conmigo, solo si pasaba a mayores, pero eso no lo podía saber ¿O sí?
Mi corazón palpitaba a gran velocidad con anticipación, con cada paso que daba. Me dirigí al final de la acera, apoyándome de la pared ya con la pistola en mis manos, divisé la moto al frente de mí, tan inmóvil y sin vida. Cualquiera diría que era objeto inocente, pero el dueño seguramente no lo era.
Con una última respiración me giré rápidamente, enfrentando el callejón, con la pistola sin el seguro a cualquier asalto por parte de él, pero… no encontré nada. Todo estaba silencioso, la gran pared que se extendía a lo largo, convertía la pequeña calle en oscuridad, pareciendo de noche de pronto.
––Muy gracioso, Bieber ––Dije con una fingida carcajada ––. Me parece que deberías salir ¿no crees? Ya me tienes aquí… Sal de donde estés.
Silencio.
Puro silencio era lo que se escuchaba, exceptuando el agua sucia que corría a través de las tuberías, pegadas al piso, en un estado mugriento y deteriorado.
Esto ya comenzaba a irritarme, más de medio minuto y nada, solo silencio reinaba. Apreté mi agarre en la pistola y mientras lo hacía, escuché movimiento detrás de mí, me volví rápidamente pero volví encontrarme con la nada.
––Bien, ya entendí ––Dejé caer mis brazos alrededor, y los coloqué en forma de jarra en mi cintura ––. Si no sales en diez segundos te juro que me iré. Te advierto no me gustan estos juegos, que creías ¿Qué me darías miedo?
Bufé.
––Yo creía que ya lo tenías, Shawty––. Susurró una voz en mi oído, enviándome electricidad a través de la columna. Era él. Lo sabía.
Intenté girarme en mis talones y apuntarle, pero sus manos me detuvieron en un movimiento preciso de los hombros, aplicando más fuerza de la necesaria. Su antebrazo izquierdo deslizándose delante de mí, haciendo presión en mi pecho, chocando mi espalda contra su duro pecho. Era muy impredecible hasta casi imposible decir que, antes de su brazo me rodeaba, mí corazón y mis sentidos fueron disparados contra mí, paralizados en el tiempo y espacio. Era como si la trayectoria del tiempo que hacía a los humanos ––justamente en la vida y la muerte ––, tener la capacidad de ordenar, y simplificar sus ideales; se fuesen ir a la borda del abismo. Incliné a mi mente a sentir su esencia, dilatando las aletas de mi nariz. Sus movimientos en agiles reflejos a través de mis pupilas. Y por último, pero menos importante… Supe que todos nos habíamos equivocado subestimando y criticando nuestros poderes que teníamos sobre aquellos que, en un pasado habíamos derrotado, como lo había previsto… Esto no sería con ganadas nada más, esto sería con batallas y ganadas, aunque muchas más derrotas de lo que en mi vida, quizás todo el tiempo, lo habría imaginado.
––No me equivoco ¿cierto? ––. Dijo retomando sus palabras ––.Como te dije… Eres muy ilusa Susan, haciéndote la fuerte, la inconfundible…No debiste de venir hasta aquí… Pero igual lo hiciste.
––Pero ¿De qué demo…
––Silencio ––.Murmuró suavemente en mi cuello ––Espero que te hayas despedido…Suelta la pistola Susan. Ahora.
Sentí como su mano recorrió mi brazo hasta llegar a mi mano, no iba a soltarla por ninguno de los motivos en la tierra, pero su dulce toque hizo a mis piernas flaquear y a mis dedos sudar, haciéndole más fácil encerrar sus dedos alrededor de la pistola.
Esto era una droga.
Una de la que no podía salir. Olvidándome de todo y de cualquier cosa, una metamorfosis mortal, su juego inevitable lo había logrado otra vez. Engatusarme. Yo solo tenía que salir de aquí, recordándome que era fuerte y no débil. Recuperé mi cordura en lo que pensé había sido una eternidad. Le hice creer que todavía me tenía bajo su hechizo.
Su agarre se fue deshaciendo lentamente hasta dejarme libre de sus brazos, me dio media vuelta enfrentándolo.
Dulce Jesús…
Mentir no iba hacer, parecía un demonio de esos que en las películas son los más sexys que los propios ángeles. Lo recordaba tal como lo había visto la primera vez, la sonrisa que vestía sus labios fue socarrona, en sus ojos bailaba un brillo de triunfo. Le sonreí como boba, justamente cuando vi que tenía en su poder mi pistola. Me perdí unos instantes en sus ojos, o eso era lo que él creía… La navaja estaba en mi bolsillo, esperé unos instantes y sorprendiéndolo, dirigí la navaja hacia su costado rápidamente.
Solo que su mano la detuvo con una precisión impresionante, y lo peor era que sin dejar de mirarme. Forcejeé mi mano duramente, simplemente él no la soltaba, lo empujé lejos aunque solo logré alejarme yo, aun con mi mano en su poder. Hice a mi puño volar hacia su rostro, pero sin mi otra mano fue demasiado difícil, así que solo logré doblarme, Bieber aprovechó esto para agarrarme del codo y retorcerlo, dándome la vuelta. Chillé de dolor.
––No se es muy fácil engañarme Susan. ––Amenazó ––. Mi paciencia tiene un punto y tú lo acabas de quebrar
Jadeé.
Y sin un previo aviso, sin una llamada de advertencia todo fue desvaneciéndose rápidamente. Alcancé a ver con el pequeño atisbo que me quedaba de la vista, como un pañuelo cubría mi cara por completo, y caía al suelo, mi cuerpo rebotando como peluche. Inmediatamente en la suciedad empapando mi ostentoso y viejo suéter, y parte de la cara. Solo recuerdo que antes de que mis ojos se fueran al vacío, unas personas se arremolinaban en la entrada, con unas borrosas botas acercándose. La voz que oí, murmurada entre dientes con rabia fría, jamás la había escuchado y cuando el semblante de aquella voz que repentinamente conocía a la perfección cambio, fue capaz ––otra vez ––, de pararme hasta los huesos:
––Te lo dije una vez, yo seré tu perdición Susan. No lo olvides…. Dulces sueños…
Bueno chicas aqui esta el capitulo :)
Cuidense mucho. Besos <3
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Sinners
FanfictionSusan Jhonson está dolida por que lo único que la acompañan son recuerdos. Su deseo era eliminar a los que la destruyeron, solo que su objetivo no estaba dirigido por la venganza, ella solo quería el bien para todos...Eliminar a los pecadores y sent...