Stephen dio sus últimas palabras: "te perdono, mi querido amigo".
¿Me perdonaba? ¿De qué? Yo era el que lo tenía que perdonar. Me traicionó.
Dichas sus últimas palabras; falleció. Cerré sus ojos mientras me lamentaba y le gritaba diciéndole que si sólo hubiera respetado lo mío con Megan, estaría vivo.
Pero la vida esta llena de errores y algunas veces pasaba la cuenta.
Escuche el sonido de las sirenas y recordé que no había terminado mi plan; aún quedaban tres balas para mí.
Me puse el arma en la sien y la policía llegó. No tuve el valor de hacerlo. Por mi mente sólo recorrían las palabras de Stephen y el beso de Megan.
Solté el arma y me atraparon. Me culparon por la muerte de mi mejor amigo. Y ahora Megan no me habla, no sé por qué. Quizás tenga que ver que me enteré de lo que ella tuvo con Stephen aunque siempre lo negaron.
Estoy en una cárcel "especial". Según los médicos no estoy del todo bien; pero la que está mal es Megan, al meterse con dos hombres a la vez.
Tengo una sábana en mi cuello que baja de una viga del techo; estoy sobre una silla y sólo quería recordar lo acontecido previamente. Quizá me vea con Stephen en otra vida y lo perdone.
Adiós.