Oh! Agonizante gritaba Stephen lentamente mientras su sangre se derramaba de una forma sorprendente. Yo corrí mientras salían lágrimas de mis ojos y estaba a punto de entrar en shock y no era para menos. Yo estaba asustado, mi mejor amigo desde los 5 años cuando me compartió parte de su galleta, estaba muriendo.
Su vida se alejaba a cada segundo y trataba de decirme algo mientras sangre salía por su boca. Yo lo tomé por la espalda y lo recoste en el piso tratando de cubrir esa herida mortal producida por tres balas a quema ropa.
Pero todo era culpa de él, si no se hubiera enamorado de la chica a la que yo amaba no hubiera ocurrido esto y todo estuviera bien. El me había fallado.