Capítulo 8. Melany

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Abro los ojos y veo una luz de foco amarillo, siento un dolor de cabeza intenso, no recuerdo que pasó, lo único que recuerdo es entrar al callejón oscuro, veo a una persona acercarse, pero al parecer mi mente me engaña, no puede ser que haya visto a mi padre, se supone que el esta en la cárcel según lo que me dijo mamá.
-Hola Melany, llevamos años sin vernos.- me dice un sujeto de estatura media, un poco corpulento, con barba...no lo puedo creer, en verdad es él, es papá!
-Quién eres?- aunque ya sabía la respuesta, quería estar segura.
-Acaso no me reconoces? Soy yo, Adam, tu padre. Veo que olvidas rápido a las personas que te aman.
-Disculpe?!?! Usted no me amaba, ni a mi ni a mi familia, quiere que le recuerde el motivo por el cual fué a prisión?, destruyó a mi familia, hizo que mi hermana cambiara, y aún así quiere que lo recuerde como el "padre del año"!!!
-No soy todo lo que te han hablado de mí, he tratado de localizar a Anne pero no lo he conseguido, necesito hablar con ella, pedirle perdón, y de paso también a ti y a tu madre.
-Cree que me voy a creer eso?, si quisiera disculparse lo haría como una persona normal y decente, no como un delincuente secuestrandome, usted nunca va a cambiar, y si salgo de aquí, iré directamente a la policía a notificar su acto contra mi.
Tengo tanta rabia, que si no estuviera atada lo ahorcaba con mis propias manos. Ahora pensándolo bien, ya veo por qué mamá es así de fría, sufrió tanto con este hombre que no le queda cariño, sólo sentimientos fríos para no ser lastimada.

No se cuanto llevo encerrada y atada, pero veo por un agujero de la habitación donde me encuentro que ya ha amanecido, debo llevar al menos diecisiete horas, tengo mucha hambre, no he comido nada desde el almuerzo de ayer, mi estómago ruge, mi cabeza va a estallar de la debilidad y el golpe, creo que en poco tiempo me desmayaré.
Me preocupa mi madre, que pensará, debe creer que me escapé, y si no la vuelvo a ver?, mi última conversación con ella terminó en una gran discusión, si estos son mis últimos días, nunca le podré decir lo mucho que la quiero y todo lo que le agradezco, y mi hermana, nunca más veré a mi hermana, en estos momentos es cuando me doy cuenta que la vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.

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