''Prisioneras''

1.2K 50 2
                                    

Capitulo número diez: ‘’Prisioneras’’

Observe el enorme platón de spaguettis de la niña y sentí el gruñido de mi barriga. La niña observa a sus alrededores y me acerca el oxidado tenedor a la boca. Acepto su gesto ,ya que moría de hambre. Varias veces me convido con sus spaguettis sin que se diera cuenta la señorita Alfa . Ha decir verdad había resultado más tonta de lo que creía.

— ¿Quieres lo ultimo? –Me pregunto sonriente. 

— Ustedes dos enfrente de mi , ya. 

«Rayos—pienso»

La señorita Alfa nos dio un sermón ,mientras los demás observan . Nos tomo ha ambas de los brazos y nos arrastro por el pasillo. Zayn me hizo un gesto , pero no logre entenderlo y ahora es lo que menos me importa. La señorita Alfa sigue arrastrándonos atravesando pasillos por pasillos. Hasta que llegamos a una especie de celda con gruesos barrotes , esta celda tenia un pequeño colchón y un baño que goteaba ,bastante desagradable . La señorita Alfa me empujo primero a mi y luego a la pequeña que lloraba exageradamente ,supongo que tenia miedo. Si hubiese sabido que esto pasaría , no habría aceptado . Le tomo su pequeño rostro con las mano y le miro tratando de decirle «No llores ,pequeña » .Sin embargo el llanto de la niña es casi imparable , la tomo en mis brazos como si fuese un bebe y ella logra calmarse de a poco. Siento su delgado cuerpo junto al mío . Tomo su brazo y puedo sentir sus huesos sin problema. Me estremezco al notar lo delgada que es.

— Cuéntame algo lindo –Me dice la pequeña niña.

Ante la petición de la niña busco alguna anécdota para contarle y noto que mi mente esta en blanco. Ahí una en mi mente pero es mi primer beso , y no creo estar segura de querer traumar psicológicamente a la niña. La niña empieza a observarme impaciente y me encojo de hombros. Pero en ese momento recordé la primera leyenda que relate a mi pequeña hermana ,Anne . Se llama el Conejo de la luna.

— ¿Te han contado sobre el Conejo de la luna?

La niña niega con la cabeza y me observa lista para que empiece. Nos acostamos en el pequeño colchón , en realidad la pequeña se quedo con colchón acurrucada junto a mi.

— Érase una vez.. –Proseguí. 

Érase una vez una liebre que era más pequeña que las demás. Todas las otras liebres decían que parecía un conejo y a ella le molestaba mucho. Ella era diferente no sólo en tamaño, sino también en inteligencia. Ella podía entender cosas que las demás no; podía mirar al cielo y preguntarse sobre las estrellas mientras que al resto de las liebres sólo les preocupaba la lechuga .Ella soñaba con alcanzar las estrellas, así que con su inteligencia decidió inventar un aparato que la haría brincar mucho más alto que ninguna otra liebre. Las demás liebres le decían que estaba loca y la ignoraban. Entonces el día del salto llegó. A pesar del escepticismo, todas las liebres fueron a verla, esperando verla fracasar. La liebre respiró profundo; retrocedió 60 pasos para tomar vuelo... se lanzó corriendo lo más rápido que pudo y saltó en su trampolín... Parecía que llegaría muy alto, pero un arbusto la detuvo, haciéndola quedar en ridículo. Mientras todas las demás liebres reían, ella acomodaba nuevamente su trampolín... y se lanzó otra vez... Mil veces lo intentó y para este entonces, todas las otras liebres estaban a punto de irse. Pero la vez número mil uno algo increíble sucedió. Exhausta y deprimida, con los ojos llenos de lágrimas, la liebre elevó una oración pidiendo al dios de las liebres que le ayudare. Su humilde oración fue escuchada, pues aunque nadie lo sabía, el dios de las liebres también la había estado observando... y cuando ella pegó el salto, un águila apareció. Todas las demás liebres corrieron para ocultarse, pero el águila no iba a comer sino a ayudar a la liebre a elevarse. Después de superar las nubes, nadie más volvió a ver a aquella liebre, pero a partir de aquella noche en la luna apareció la figura de un conejo... que al verlo, las liebres sabían que no era un conejo sino una liebre muy pequeña que había volado más alto que cualquier otra. 

La pequeña France me sonrío satisfecha como hizo Annie hace un par de años y se volvió acurrucar junto a mi . La abrace y ella se durmió enseguida , al parecer estaba muy exhausta . La observo dormir y me transmite una sensación de paz increíble. La noche es fría muy fría si no fuese por el calor corporal que irradiábamos entre ambas. Decidí dormir porque será una noche extremadamente larga. Logro dormirme en menos de cinco segundos.

— Michelle , Michelle .

Abrí mis ojos , vi una silueta detrás de los barrotes que apenas era reconocible y decidí pararme con suma delicadeza para no despertar a France.

El internado [Zayn&tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora