15: No Hay Mentiras

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La habitación tenia un aire pesado y tétrico, el miedo ya estaba dominando la cabeza de aquella muchacha quien mantenía su posición en la cama; viendo directamente hacia esos ojos que ya no recordaba.

Después de todo él habia borrado su memoria, era lo mas común que no lo recordara ¿Verdad?

Correr tenia pésimas probabilidades para funcionar gracias a su pie lastimado, o era escuchar lo que ese sádico le quería contar o pelear por su vida contra él.

Gracias a dios que Lucy era una chica algo astuta.

Sin decir nada o pedir permiso, el hombre con apariencia de  veinte años subió a la cama, sentándose de igual manera al lado de Lucy quien solo dio un leve suspiro y mordió sus labios para no crear un agudo grito.

Él solo lo habia echo para estar mas cómodo y ver como la niña respondía a sus acciones. Jeff también era astuto y por mucho.

Minutos corrían como el agua de una cascada, lo único que escuchaban del otro eran  los latidos fuertes del gran corazón de Lucy, mientras que por el lado del joven sádico se escuchaba su lenta pero pesada relaciones. ¿Quien comenzaría la platica?

—Yo..-

—Y-Yo-—

Los dos hablaron al mismo tiempo, y en el mismo segundo ambos se callaron. Mientras tanto la tensión aumentaba y los gritos deseaban ser liberados de las cuerdas bocales de la chica.

—Te conozco— ¡Por fin uno de ellos murmuro!, un débil murmullo pero lo suficientemente alto como para que el opuesto le escuchase.

El hombre de la sonrisa ladeo su cabeza —¿Eh?— preguntó con cautela, supuesta mente él era quien debía decir eso.

—Mis, sueños. . .— Aclaro Lucy, cerrando sus ojos y elevando el volumen de la temblorosa voz —O-O pesadillas— Termino la frase, sin poder evitar tomar un mechón de su negro cabello para entretenerse en algo que le quitara el temblor de sus manos.

—¿¿Enserio??— el otro preguntó con ilusión, después de todo le agradaba ser las pesadillas de los humanos, sin embargo esta vez se sintió incomodo por responder de tal manera hacia la niña que cuido con tanto cariño y que incluso le ayudo para que las pesadillas que tenia se fueran de su inocente cabecita. —Oh, disculpa. . .— ¿Y ahora se disculpaba por su expresión?, quien hubiera dicho que en verdad intentaba de ser amable.

"Quizás estoy alucinando, debe ser mas que otro sueño", se pensó la azabache al notar como las manos del joven iban hasta su cabeza para al parecer quitarse su capucha, intentaba adivinar gracias a que habia poca luz y difícilmente veía los ojos del hombre gracias a la luz de luna.

—¡No no!— apresuró en decir Jeff, moviendo su cuerpo para atrás y verla de frente. Lucy lo único que hizo fue hacerse asta atrás a dar con el borde de la cama y caerse sin nada de delicadeza.

—¡HYAA!— Gritó al escuchar como Jeffrey elevaba la voz y se acercaba a ella para ayudarla. —¡¿Po-Por qué dices que n-no?!— Cuestiono cubriéndose la cara, anonadada por la vieja acción del joven.

Jeffrey se dio un golpe internamente.

—Por nada. . .— "¡Perfecto animal! por poco y dices que leíste su mente", Un regaño interno le hizo recordar que no debía tener la misma confianza de antes a Lucy.

La ojiverdes continuo mirando la gran sonrisa de Jeffrey, era difícil ignorar a la vez que se preguntaba si en realidad se encontraba sonriendo en ese momento. Ya al estar en el suelo, Lucy aprovechó estirar su brazo hacia una linterna en su escritorio que, con varios segundos incómodos intentando buscándola logro dar con ella. Rápido la encendió y apunto la brillante luz hacia arriba en vez de apuntarla hacia el rostro del psicópata.

Por pocos segundos, Jeff cubrió sus oídos para así no escuchar cualquier escandaloso y agudo grito de la muchacha cuando viese su rostro, sin embargo veía como Lucy estaba petrificada viéndolo directamente a los ojos; la chica estaba asombrada, su rastro de miedo difícilmente podía notarse en aquella expresión.

—. . . ¿Lucy?— El azabache arriesgó en preguntar, pues pensaba que la chica estaba en una especie de trance. —Soy hermoso, verdad— Bromeo liberando una gruesa pero no extraña risa, sonriendo esta vez con sus labios y no esa cortada marcada en su rostro.

—J-Jeffr-Jeffrey— Con dificultad logro hablar, llegando a su mente brillantes y extraños recuerdos en donde él y ella jugaban; ya fuese en aquella cabaña de sus pesadillas, en un río y en el bosque.

Los vívidos recuerdos comenzaban a llegar en su mente, ya sean ligeros, su memoria comenzaba a recobrar su infancia.

Igual de estupefacto como Lucy, el nombrado se agacho para ver con mas claridad la inexpresiva cara de la ojiverdes —Comienzas a recordar— suspiro viendo con ella las imágenes que corrían en esa mortal. No sabia si estar feliz o estar preocupado de que los recuerdos en donde ella perdió a casi toda su familia regresasen.

—T-Tu, me-me habías cu-cuidado— por fin habló, regresando a la realidad viendo al azabache con claridad. Era aterrador pero con todos esos recuerdos ya no le hizo temer más. —¿Qué-Qué haces aquí?— pregunto con el ceño fruncido; Lucy no sabia si reír al ver a la persona que cuidó por ella durante un buen tiempo o, tenerle aún mas miedo por aquello.

—Me recuerdas— Dijo esta vez en un suspiro alegre, y sin pensarlo dos veces este psicópata se lanzó hacia Lucy para darle un abrazo. Era extraño para ambos pero, ¡Joder que se sentía agradable!

La chica ignoro si él era un asesino y si la quería matar: ahora lo que le importaba era reír y quejarse por el dolor en su tobillo —¡Je-Jeff!— Rió avergonzada. Esto era igual que ver a un viejo amigo. 

Lastima mente aún no recordaba la tragedia que habia ocurrido y lo que creo su "amistad".

"Un creepypasta habia cuidado de mi cuando niña. .", rió en su mente al pensar en como le diría esto a Alex. Lo mas probable sería que la rubia no le creyese y le tachara como loca

—Entonces eres tu quien. . . ¿Hizo esta marca en mi hombro?— Al separarse, lucy apunto hacia su hombro derecho, en donde la cicatriz de carita feliz se veía con algo de dificultad.

Entonces, se hizo la magia.

Imágenes de sus dos hermanas golpearon su mente: imágenes  donde ella jugaba junto a sus queridas y preciosas hermanas, cuando eran regañadas por su madre, cuando las tres dormían en la misma cama gracias al miedo de la otra, cuando comían juntas. .

Recordaba a Jadie, su hermana reservada.

A Kate, la hiperactiva.

Y su madre quien las amaba con todo su corazón.

Recordó el grito desesperante de la mayor.

Mientras lloraba al escuchar como la menor le gritaba que se escondiese bajo la cama.

Y después la horrible cara del quien ahora estaba dándole cariño en estos instantes.

—No. . — Jeffrey susurro al ver junto a ella las espantosas imágenes una y otra vez en la mente de la azabache.

Ya era muy tarde para repararlo.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2016 ⏰

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