Capricornio se levantó más pronto que sus hermanos, debía prepararles el desayuno como cada mañana.
Entró a darse una ducha rápida mientras su móvil reproducía su lista de música favorita. Obviamente puso el volumen lo suficientemente bajo para que sus hermanos no lo escucharan.
Acabó de asearse, vestirse y secarse el pelo. Entró en la pequeña cocina, donde puso una sartén a calentar. Mientras, preparó la masa de las deliciosas tortitas que le enseñó a hacer su madre. Acabó de hacer las tortitas y preparó cuatro vasos con zumo.
-Buenos días - saludó el hermano mediano Carl.
-Buenos días, Carl. Ahí está el desayuno- el rubio se sentó en una de las esquinas de la mesa y empezó a engullir el manjar.
Capricornio fue a la habitación de los más pequeños, Christopher y Connor. Abrió la puerta lentamente y, gracias a la poca luz que entraba, divisó a sus dos hermanos.
-Connor, Chris. Despertad- se puso entre las dos camas y movió a los gemelos. Los dos rubios se levantaron perezosos.
-Hola Capri- los dos le dieron un beso en la mejilla a su hermana.
-El desayuno está en la mesa- la rubia vio como el dúo salía de la habitación.
Como ella ya había desayunado, hizo las camas de sus hermanos y la suya. Capri entró en la cocina, recogió las sobras y repartió los almuerzos entre los cuatro. Se puso en la entrada y sus hermanos hicieron una fila.
-Este para Carl, suerte en el examen- el mediano salió de casa-. Connor, no quemes plantas- hizo una mueca de fastidio y se abrió -. Y este para Christopher, tú sigue como siempre- la mayor se agachó y le entregó la bolsa a su hermano. El pequeño la abrazó y se fue.
-Los cuidas muy bien- Capricornio miró hacia la puerta. Ahí estaba su mejor amigo y el que no dudaba en ayudarla, Virgo.
-Alguien tenía que hacerlo- contestó. Cogió su mochila, después cerró la puerta de la pequeña casa.
-Hoy recogemos a Tauro. Dice que se ha levantado pronto- subieron al coche azul del chico y se pusieron los cinturones-. Por cierto- Virgo la miró dudoso-, ¿estás libre hoy? Quiero ir a comprar unas cosas. Pueden venir los niños.
-Lo siento, hoy trabajo por la tarde y mis hermanos tendrán que estar solos en casa. Tendré que llamar a la tía-
-Tranquila, yo me encargo de ellos.
Capricornio no quería que su amigo se tuviera que hacer cargo de sus quehaceres. Ella en verdad no dijo eso con intenciones de que su amigo se preocupara, todo lo contrario, no quería que Virgo cargara con ellos.
-No hace falta que te molestes. Ya has hecho suficiente por nosotros- la rubia miró a su amigo.
-Quiero ayudarte, eso es todo- Virgo puso su mano derecha en el hombro de la chica y la miró fijamente.
El chico amaba a Capricornio. Desde ese momento en que la vio cuando tenía trece años. Desde que presenció su aura seria pero tranquila. Desde que vio esos ojos azules que eran tranquilos y melancólicos. Desde que escuchó su voz. Para él ella significaba mucho, y Virgo estaba dispuesto a darlo todo. Pero lamentablemente la chica no se daba cuenta de eso, para Capricornio el amor era algo desconocido y lleno de emociones y ella no era muy buena a la hora de demostrarlas.
Pararon en frente de una gran casa con un jardín lleno de flores. Desde donde estaban, se podía ver a una chica de baja estatura correr con una mochila a rastras.
ESTÁS LEYENDO
Aries Vs Capricornio
De TodoAries era popular ⚡ Capricornio pasaba desapercibida Aries era un ególatra ⚡ Capricornio era generosa Aries era estúpido ⚡ Capricornio era inteligente ¿Pudo Aries llevarse bien con Capricornio y enamorarla?