Dime de que me sirvió quererte así, poner toda mi confianza, mi esperanza en ti, dime de que me sirvió construir tantos sueños, si al final los ibas a destruir.
Que tonta fui al creer en tus palabras, al confiar en tus promesas, en todos esos planes que me hacías crecer.
Todos me decían que no éramos compatibles, pero había algo en ti que me hacía enloquecer, en el fondo yo sabía que tú no eras para mí, pero me negaba a creerlo, me cegué ante la realidad que te pintaba como alguien que me haría sufrir pero me aferre a la idea de que me querías tanto como yo a ti, y sin embargo la realidad fue otra, mientras yo te amaba, tú te reías de mí.
Te encantaba jugar a ser el ganador, el que ponía las reglas para no salir nunca perdedor, y yo como tonta caí en tu trampa, todo por tu sonrisa, por tu mirada, sin comprender que era la pose estudiada de todo seductor.
Sí, es verdad que por ingenua soy yo la que llora por ti, pero no te equivoques, en realidad eres tú el que pierde, el que deja ir a alguien que lo daba todo por ti.
Ya llegará el tiempo en que la vida te haga comprender que no hay karma que no se pague, estoy segura que llegara el momento en que te toque perder.
Que irónico me resulta quererte así, haberte entregado mis mejores besos, y que me hayas pagado así. Que injusto me parece esto que me toca vivir.
Que seas la persona que más he amado y al mismo tiempo la que más me hecho sufrir.
Sin embargo seré fuerte, prometo no dejar de sonreír, al final me voy con la frente limpia y la conciencia tranquila, con la confianza plena de que lo mejor está por venir.