Sólo una noche (Neymar Jr)

Capítulo 4

8 meses después

Otra vez los antojos, constantemente venían, moría por comer helado, pero no cualquiera sino de piña, la boca se me hacia agua. Me levanté cuidadosa, mi panza había aumentado mucho, y mi espalda dolía, bajé las escaleras de la casa de Oli, si aún vivía con ella, me acerqué al refrigerador, saqué aquel helado que tanto quería y cuando estaba a punto de comerlo la puerta sonó. Maldecí en voz baja.

-Voy-grité.

Abrí la puerta y me encontré con Neymar, algunas veces al mes me venía a ver y me traía algunas cosas, era muy bueno pero igualmente frío.

-Hola-lo dejé entrar-Siéntate.

-Hola-respondió.

Fui a la cocina y agarré mi querido helado, parecía una niña pequeña con un juguete nuevo.

-otro antojo?-preguntó.

-Sí-reí y seguí comiendo.

-Deberías haberme avisado-frunció el ceño.

-Para?-dije.

-Para traer comida-respondió.

-Tengo comida no te preocupes-dije irónica. En ese instante me dieron unas ganas inmensas de llorar, el embarazo me tenía bipolar.

-Oye no llores, perdón-Ney se me acercó y intentó que las lágrimas no salieran.

-No lloraré-me contuve, el suspiró y luego se sentó a mi lado.

-Toma-me tendió un paquete azul con una cinta blanca.

-Qué es?-pregunté.

-Abrelo-lo abrí cuidadosamente y me encontré con dos camisetas una de Brasil y otra de Barcelona en modo pequeño, para mi bebé, por si no les dije será niño, yo moría por ponerle Daniel, pero él quería David así que aún no se decidía.

-Están muy lindas-sonreí.

El sólo asintió, miré otra vez la caja y habían algunos papeles, dejé a un lado las camisetas para luego revisarlos.

Lo primero que leí fue: "custodia" no podía ser, quería llevarse a mi hijo.

-No-dije.

-Summer, léelo, es lo mejor-habló Neymar.

-Lo mejor?-pregunté irónica-lo mejor para ti-me levanté y comenzé a caminar para todos lados Como histérica-tu madre fue-lo apunté con el dedo, su madre desde que se enteró me trató muy mal, quería que todo fuera secreto y deseaba quedarse con mi bebé.

-Puedes calmarte-Neymar igual se levantó e intentó inmovilizarme.

-No, no, nadie me quitará a mi hijo-subí mis manos a la cabeza.

-Summer, escúchame...-empezó a hablar.

-No, escúchame tú-lo interrumpí-nadie me quitará a mi hijo, ni tú ni tu madre-fruncí el ceño-LARGATE-grité.

El sólo dejó los papeles en el sillón y se marchó.

Lentamente me fui sentado y una mezcla de sentimientos me invadió, sentía rabia y tristeza. Agarré las hojas y comenzé a leer.

Me ofrecían dinero, dinero para que no dijera nada y para quedarse con la custodia completa de mi hijo.

No lo permitiría, nunca lo haré, los odio, jamás me arrancarían a mi hijo de mi lado.

Agarré los papeles y los rompí en miles de pedazos.