Después de tantas horas de vuelo, finalmente llegué. No había de qué preocuparse. Ahora faltaba instalarme en ese soñado hotel, que tanto me recomendaron. Era espectacular. Pedí la habitación más cómoda y con buena vista al gran mar turquesa que caracteriza a Cancún. Desde el balcón se lo podía apreciar. Lo primero que hice fue darme una ducha y acostarme a dormir estaba realmente agotada.
Cuando desperté era una mañana increíble. Llame para pedir el desayuno, y me dirigí al balcón. En ese momento era tan fantástico ver donde el cielo se une con el mar. Y pensé, cuando 'vos lo queres, lo haces y lo vivís. Hoy me desperté en otro lugar viviendo algo diferente'. Desayune ahí mismo, era el lugar perfecto. Un yogurt de frutilla, con granola y cereales, dos tostadas con queso light para untar y un rico jugo de frutas. Muy saludable, ya sabía que el all inclusive aún no había comenzado, y ahí sí que este cuerpo volvería rodando.
Preparé el bolso, y partí a la playa. En el hall del hotel estaba lleno de gente, parecía ver una conferencia importante. Me acerque de curiosa - muy usual en mí- era algo sobre salud. En eso se me acerca una mujer a ofrecerme un folleto, le dije que no, gracias. La verdad tuve una actitud poco agradable, pero no tenía ganas de leer ni saber bien de que se trataba. Estoy de vacaciones disfrutando, no es momento para amargarse por nada - pensé-. Seguí mi camino hacia la playa, me instale en una reposera, y pedí un jugo tropical con un poquito de vodka. Ahora sí que estaba bueno. No saben lo maravilloso que era estar ahí. Esa vista genial, nadie molestándome. No estar en esa oficina y ver las caras de culo de los imbéciles de la empresa, ni la cara de baboso del gerente ¡esto sí que era la gloria! Solo podía ver esas caripelas mexicanas llenas de alegría, pareciera que tienen una vida sin nada que preocuparse, una vida plena. Aunque tanta cara feliz aburría, pero les aseguro que era mucho, mucho mejor que todo lo anterior.
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Lo queres, lo haces y lo vivís
RandomCamille lo hizo. Encontró un sentido. Aprendió a vivir cada día. Una típica porteña, estresada por el trabajo, con una personalidad muy particular, decide parar con su vida poco grata y tomarse unas vacaciones. Así es como comienza su cambio de aire...