Neoreul Hwanyeonghae ~ WELCOME. (Cap.1)

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Después de casi 11 horas de vuelo, una de las azafatas anunció por el telefonillo del avión que ya estábamos a punto de aterrizar en el aeropuerto de Seattle.

"MierdaMierdaMierda" -pensé- me dolía todo el cuerpo, lo tenía agarrotado de estar desde las 7 hasta las... 17h, sí, sentada sin casi poder moverme. Miré a mi lado.

Lana, mi primita de 7 años, se encontraba profundamente dormida con la cabeza apoyada sobre mi brazo derecho.

- Lana... Eh, bonita, despierta que ya llegamos... –Le dije suavemente acariciando su dulce cabecita con la mano izquierda- Corre, despierta, que necesito buscar algo en la bolsa...

Lana dejó escapar un leve gruñido y abrió sus ojos cansados. Se incorporó, liberando así mi brazo derecho, y abrazó con cariño a su osito. Rebusqué en mi bolsa...

"Dónde coj... Ah! Aquí está."

Cogí la libreta donde llevaba el pasaporte, el DNI... Y releí con nerviosismo por enésima vez el papel donde estaba escrito que mis tíos y mi primo nos esperarían a la salida del aeropuerto, con su coche preparado para recogernos y llevarnos a la casa donde pasaríamos una temporada mi primita y yo. Nuestra nueva casa.


*FLASHBACK*


- Cariño, tu padre y yo hemos decidido aceptar la propuesta de tus tíos. Lana y tu iréis a vivir con ellos y tu primo Ryo una temporada. Puesto que ya has acabado tu carrera y todo, y teniendo en cuenta que por aquí no se encuentra trabajo para nadie... Trabajar en el nuevo proyecto de tu tio podría ser la oportunidad que estabas esperando. – Anunció mi querida madre con cierto aire de tristeza- Tu padre y yo nos quedaremos aquí por un tiempo haciendo el papeleo necesario para reunirnos con vosotras lo más rápido posible... Aix, no me gusta nada esto de que vayáis a viajar solas... Pero ya sabes que los trámites de trasladar a tu padre al departamento de policía de Seattle es lento.

Como toda respuesta mi padre se limitó a refunfuñar por lo bajo.

No le hacía ni pizca de gracia dejar a su única hija volar fuera del nido, aunque tan solo fuera por una corta temporada (o eso esperaba él). No pensaba que estuviera aun preparada a sus 24 años. ¿O quizás era él el que no se encontraba preparado? Parecía que hubiera sido ayer cuando se dedicaba a cortarle las uñitas a su niñita de apenas 6 meses...

Salté a los brazos de mi madre. No podía creer que al final me dejaran ir a Seattle. Ellos, mis superultramega protectores padres. ¿Podía ser eso cierto? Seattle era todo lo que yo quería en esos momentos. Un sueño hecho realidad. Nuevo trabajo, nueva ciudad, nuevo continente... Nueva vida! Eso es lo que yo buscaba, lo que ansiaba, lo que necesitaba. Un cambio, un gran cambio.

Todos esos años escolares quedaban ya tan lejos... Y así los quería. Lejos y partícipes de mi pasado. Ya me había recuperado de todo el daño causado. Era una nueva persona, una persona con metas y objetivos, y por fin parecía que se iban a hacer realidad, después de tanto tiempo y esfuerzo.

Así pues, emprendí mi nueva aventura, mi nueva vida. 

We are UNBREAKABLE.Where stories live. Discover now