Star (Cap. 5) - Segunda Parte-

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- Bue.. Bueno, ya me encuentro mejor, gracias. - Le dije a Ryo deshaciéndome de su abrazo-

- ...

Me sentía terriblemente avergonzada. Parecía una niña pequeña llorando de esa manera.

"Esa no es forma de comportarme. Que ya soy adulta, por el amor de Dios!" - Me reprendí a mí misma con rabia-

Miré la hora en el movil. LA 13'15?! Madre mía, hacíamos más que tarde. Ya podíamos correr.

- Ryo!! Qué es la 13'15! Nos van a matar!!

- Habla por tí, yo sólo te esperaba -Dijo con indiferencia- Como no aparecías, me he quedado aquí esperándote, sino, ¿Cómo ibas a saber llegar al restaurante?

- Te has quedado aquí por propia voluntad o te lo han mandado así? - Pregunté picándole. Ya sabía la respuesta-

- ...

- ... Gracias - Le sonreí, realmente le estaba agradecida... por todo.- Ahora vamos!!

Lo agarré de la mano y nos pusimos a correr dirección al restaurante. Por suerte, estaba cerca y no tardamos ni cinco minutos.

- Por fin! Ya era hora que aparecierais. Donde puñeta os habíais metido?? -Preguntó tío Ken dirigiéndose a nosotros como un relámpago al vernos entrar por la puerta-

Mierda, estaba enfadado, y tío Ken nunca se enfadaba. Mierda.

- Tío Ken, ha sido culpa mía, que me he perdido, Ryo tan sólo me esperaba y... - Empecé yo-

- ... Y sé puede saber que te ha pasado?! Tienes todo el maquillaje corrido!

Ryo fulminó con la mirada a su padre para que se callase. Pareció haber entendido el mensaje.

- Bien, no importa, ve al baño y arréglate. Pronto nos servirán la comida. -Acabó con tono severo tío Ken-

- Sí, lo siento. - Obedecí disculpándome-

"Vaya, pues sí que se codea con gente poderosa tío Ken" - Reflexioné- "Hay que tener dinero para alquilar una sala entera de un restaurante tan lujoso como este"

Inspeccioné el baño. Estaba impoluto. No se podía decir lo mismo de todos los baños de los restaurantes... Seguro que el restaurante tenía más de una estrella Michelin de esas.

"Ugh.. Me muero de hambre" - Pensé mientras escuchaba sonar mis tripas- "Como será la comida? ... "

Terminé de maquillarme en un plisplas. Qué suerte que siempre llevara algo de maquillaje en el bolso, sino no sabría con qué cara presentarme en la mesa.


En cuanto salí del baño, un amable camarero me llevó hasta la sala donde estabamos reunidos. Era una sala amplia y luminosa, con grandes mesas redondas, una de ellas ocupadas solo por niños, donde estaba Lana comiendo. La saludé con la mano.

En una de esas mesas se encontraban mis tíos y Ryo, con otro matrimonio y tres chicos a quienes no veía la cara. Me acerqué.

"Oh dios. Diosmiodiosmiodiosmio." - Maldecí apretando los dientes- "Esto debe ser una broma. No me jodas, en serio?"

Y ahí estaba él. El chico al que acababa de derramarle el café, sentado en nuestra mesa como si nada.

"De las 6 mesas que deben haber, por qué, oh dios mio, nos tenemos que sentar en la misma?!" - Pregunté al cielo-

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