LIES

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''–Es un ángel.''

-Eso es malo, ¿no?

Le pregunte a Justin y este se encogió de hombros.

-En algún momento iba a pasar.

-Esto se va a poner dramático en twitter.

Había llegado de alguna forma a los veinte millones de seguidores en twitter, y creo que al menos el 20% de ellos me odiaban y solo me seguían para insultarme en cada tweet que ponía. Justin estaba muy tranquilo al respecto, pues el obviamente estaba acostumbrado a sus fans y el drama mundial que logran hacer, y aunque yo no lo estaba, intente no ponerme nerviosa.

-Mhm, sí.

El fotógrafo se alejó de nosotros después de tomar unas cuantas fotos más y suspire.

-¿Crees que Scooter se enoje?

-No, él también sabe que tenía que pasar, no podemos estar ocultos siempre.

-Si...

-¿Quieres algo de beber?

Extendió su mano hacia mí y yo el tome sonriente. Caminamos juntos hasta la barra redonda que habían puesto en el lugar y di un brinquito para subirme al banco. Justin se quedó revisando algo en su teléfono detrás de mí.

-¿Qué para usted, señorita?

Me pregunto el chico encargado, acercándose sonriente.

-Un vodka, por favor.

-En seguida linda.

-Para mí otro.

Interrumpió Justin, abrazando mi cintura por detrás, aun de pie. El chico asintió rápidamente y se alejó para preparar las bebidas.

-¿Sabes?

Dijo ahora Justin, soltándome y colocándose en el banco de alado mío.

-¿Qué?

-Siempre he salido con chicas muy lindas.

Solté una risita y levante mi ceja.

-¿Ah sí?

-Si. –Le dio un trago a su vodka cuando estuvo listo enfrente de él y después continuo; -Pero estoy seguro que a ninguna se le quedaban viendo tanto o intentando coquetearle todo el maldito día como a ti.

-¿A qué te ref...-Me interrumpió.

-¿Qué voy a hacer contigo, Stark? ¿Tendré que pegarte a mí?

-Estás loco.

-¿Estoy loco por que no me gusta que me quieran quitar a mi chica?

Algo dentro de mi estómago ocurrió, y se sintió bien.

-Nadie te quiere quitar nada.

-Oh, es que tú no lo notas. –Me pare acerque a su cara y le di un beso ligero para callarlo.

-Tú no te quedas atrás, Bieber.

Dije burlona, llamándolo por su apellido como el solía hacer conmigo.

Este rio.

-Pero no los culpo. –Jugo con un mechón de mi cabello que caía por mi cara. –Eres preciosa.

Sentí mis mejillas tomar color, y me incline un poco, algo apenada.

-Gracias. –Susurre.

-¿Quieres bailar? –Me pregunto observando la pista, yo negué con mi cabeza.