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Óscar sabía que aún me sentía mal por ti, el me entendía, y me apoyaba.
Lo valoraba bastante, por que tratar de arreglar un corazón roto cuesta bastante.
Una noche mientras llovía, Óscar me llamó, diciéndome que estaba apunto de hacer una locura. Le pregunte que donde estaba y salí corriendo hacia allí.
Cuando llegue el estaba empapado sentado en una banca de el parque en el que estaba, estaba temblando, y tenía también una cajetilla de cigarros en sus manos, lo raro fue que aún estaba sellada, no había fumado ninguno. Me senté a lado de el, y aunque estuviera todo mojado me abalance contra el, lo abrace muy muy fuerte. El solo se agachó poniendo sus manos en su cabeza. Me inque en el suelo frente a el, lo mire a los ojos y le dije; es por ella, ¿cierto?... Suspiro y con voz entre cortada dijo; si, es por ella. ¿Qué paso? Cuéntame, le dije.
Con lágrimas en los ojos me dijo que ella lo había llamado, diciéndole que volvería, y que esperaba encontrarse con el nuevamente, y que el con mucho dolor le dijo que lo lamentaba pero que ya no sería bienvenida.
El estaba como yo, estaba confundido.
Se secó las lágrimas, volteo al cielo, soltó una risa y dijo; ya es momento de que empiece a olvidar lo que ya pasó, lo que importa ahora eres tu pequeña...

¿Para qué te conocía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora