10.

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Querías que nos viéramos para arreglar todo, ya teníamos una semana sin vernos y sin hablar como antes.
No sabía que hacer, estaba angustiada.
Aunque sabía que nada de lo que te habían puesto era cierto.
Como ya no nos veíamos lo dudaste, lo dudaste demasiado.
Decidimos vernos para arreglar todos los mal entendidos.
Pasaste a mi casa a la hora de siempre, a las  5 de la tarde.
Cuando llegaste estaba jugando con mi hermana afuera, así que no tuviste necesidad de tocar a mi puerta.
Me saludaste y mi hermana entro a la casa sin que yo se lo dijera.
Me preguntaste que como estaba, que como me sentía, mi respuesta obviamente fue que estaba mal, y que me sentía mal.

¿Para qué te conocía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora