Capítulo 15

93 16 5
                                    


10 de noviembre del 2014

Siempre he creído que soy fuerte, más de lo que cualquier persona puede ser, una pose más y acabo, miro para un lado dando mi perfil, las luces me llegan pero ya estoy tan acostumbrada a esto que es como jugar con lentejuelas, el viento, el fondo y todo me hace sonreír para una nueva foto, hay que cambiar de pose, una seria, como si estuviera enojada con el mundo, no están lejos de ser la realidad, una más sonrió, si me conocieran sabrían que esas sonrisas son tan falsas como el paisaje que está detrás de mí.

Eso linda, vamos dame otra— giro mi cuerpo una vez más, y hay un gran aplauso, cuando se ilumina el último flash. Estoy totalmente agotada, mis labios están algo resecos pero me tomaré primero un descanso antes de ir por una gaseosa.

No te muevas, ¡perfecta!— es tan gracioso, es mi fotógrafo favorito, se podría decir, siempre me sube el ánimo y soy capaz de darle una sonrisa cuando pide, ya estaba levantándome, cuando me dice que otra le tiro un beso y me lanzo uno antes de que el flash se vuelva a iluminar.

Cuando veo que apaga su cámara, ya puedo levantarme sin nada de glamour, todo el equipo me aplaude, hasta el diseñador de la marca que ahora soy parte, hago una reverencia y sonrío, me nace hacerlo y creo que todo mundo me ve, yo casi no lo hago, y todos vuelven aplaudir riendo, son tan graciosos a veces pero agradezco que sean los únicos que no pregunten por ese día, toda la gente que conozco lo ha hecho y enserio es agotador responder que bien, aunque no lo este.

Quisiera dejar de existir cuando veo lo que no se debe ver, la revista con la portada de Nicholas, se ve tan hermoso con esa sonrisa, y esos tan preciosos ojos, mi cuerpo tiene una reacción, hay un sexy rastro de barba que hace querer lamerlo, pero dejo de mirar, no es bueno para mí. Yo no soy buena para él.

Porque tiene que lucir como mi ángel.

—Estuviste increíble, pareces salida del Olimpo— Mario, mi fotógrafo, tan emocionado habla, su expresión me hace recordar que siempre él me pone de buen humor, parece todo lo que yo quiero ser. Feliz, él es feliz, y yo apenas puedo decir que me encuentro bien.

—Tú me haces lucir así— beso su mejilla y se sonroja, no soy tan demostrativa pero me encanta estar aquí, New York está lejos de casa, y lejos de mis problemas.

—Podríamos ir por un café, no Starbucks, muy común, así me pones al día de tu carrera— es como mi amigo, no le cuento todo, pero le gusta saber de mi carrera porque dice que si no amara la fotografía el sería un gran hombre de negocios algo que dudo.

—No lo sé, tengo varios problemas con la prensa por un inconveniente.

—Pues ni se diga, vamos por otro.

Me jala como si se tratara de una marioneta, así es Mario, un hombre que sin importar cuantas veces he sido una perra con él, siempre sigue insistiendo y queriendo que cambie mi parecer en cuanto a la moda, en cuanto a todo este mundo lleno de sanguijuelas dispuestas a succionarte.

***

Es un café relajado y lleno de ese estilo ochentero en medio del concurrido Manhattan, quien diría que un lugar así podría todavía existir aquí. Me está llenando de alegría, no sé, él me cuenta de las anécdotas de su pequeño hijo y siento tanta melancolía porque yo jamás experimentaré eso, yo no quiero ser madre, porque jamás tuve la figura de una, ¿Cómo voy a lograrlo? No, yo simplemente no puedo, no traeré a nadie a sufrir, no mientras Miller siga vivo, no me veo en ese aspecto, siempre me he visto junto a Dani, porque sabemos que seremos los únicos solteros de nuestra pequeña familia.

Abrázame FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora