Parte 5

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Algunos días habían transcurrido desde aquel terrible incidente, en el cual aquella engreída rubia descubrió la identidad de Chat Noir. Chloé aprovechaba cualquier oportunidad que tenía para sacar provecho de la situación.

Nino y Alya por su parte buscaban alguna explicación a todo aquello, esperaban encontrar alguna respuesta lógica especialmente por el bien de cierta oji azul que tenía el corazón destrozado.

Aquella mañana transcurría normalmente, la nueva distribución en los asientos ya era habitual. Algo que hacía sonreír enormemente a la hija del alcalde al ver a su adorado ¨novio¨ junto a ella.


Si todo era perfecto para ella por fin lograba tener todo lo que deseaba, ¿ Pero era realmente eso lo que ella necesitaba?.

El sonido de muchas patrullas dirigiéndose a una segura escena de desastre alertaron a los dos superhéroes que de inmediato saltaron a la acción. Chloé frunció un poco el ceño viendo a Adrien alejarse, no le agradaba en nada esa parte de la vida del rubio, imaginarlo combatiendo con todos aquellos posibles peligros le hacía preocupar.


Adrien era la única persona que le importaba, no quería perderlo. Una abrumadora sensación de vacío apareció en su interior, llevó una mano a su pecho respirando profundo. Nuevamente se encontraba con aquel sentimiento. Ese que precisamente luchaba por desterrar de su ser.

-¡Chloé! - resonó la voz chillona de su amiga/esclava personal.

La rubia le miró arqueando una de sus cejas algo sorprendida, al comprobar que se trataba de la peli naranja rápidamente cambio su expresión a una más dura.

-¿Qué sucede? - espeto algo molesta cerrando sus ojos, tomó su habitual pose altiva. No deseaba que nadie sintiera lastima por ella, menos esa chica que muchas veces lucía tan patética cumpliendo todas sus órdenes.

-Pues – Sabrina se encogió de hombros, jugando un poco con sus pies tomó valor para proseguir. - Las clases han terminado y como Adrien se a ido antes – la chica de los anteojos hizo otra pequeña pausa respirando profundamente, no quería decir nada que desagrade a la rubia. - Pensé que podría acompañarte.

-¿Qué tu qué? - hablo en tono despectivo, no quería lastimar a su amiga/ esclava personal, simplemente ella no tenía el control en ese momento aquel vacío le abrumaba. Deseaba salir corriendo.

-Lo siento – se apresuró a decir la de las gafas.

Un bufido salió de la rubia, comenzó a caminar pasando de largo a la pelinaranja quien le veía encogida en su lugar.

Los recuerdos inundaban su mente a medida caminaba.




------------- Flashback-----------


Chloé de 8 años abría sus ojos aún adormilados, estiró sus pequeños brazos relajando su cuerpo. Se rodó en aquella gran cama, con decoraciones en rosa oscuro y algunos peluches que le acompañaban.


La puerta de la habitación se abrió captando la atención de la pequeña, una sonrisa emocionada no tardó en aparecer, imaginaba que sería su madre, no era que ella tuviera particular interés por su hija, de hecho esa era la única acción considerada que aquella mujer tenía con ella. Desde hace mucho darle un pequeño saludo, elegir la ropa que la pequeña usaría ese día y luego retirarse como si nada.

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