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Hemos decidido dar un pequeño paseo por la orilla de la playa. Vamos juntas pero a la vez separadas. No existe el mínimo contacto físico, así como visual. Cuando una mira a la otra para hablar, esta mira al suelo o hacia delante. Y mientras el mar devoraba al sol, caminamos, y por fin nos miramos. Esos ojos que tanto esperaba ver, esa mirada que hace que todo mi cuerpo se derrita. Y así nos quedamos durante un rato, en silencio, observándonos.

-Vik, tengo ganas de..-rompe por fin el silencio - be-s-sentarme... -Joder,¿Por qué no lo dice y ya?

- Yo también tengo ganas...- quiero besarla, quiero probar sus hermosos labios, morder su fino cuello y bailar con su lengua.

Nos sentamos en la arena una junto a la otra sin el más mínimo roce y observamos cómo el mar termina de engullir al sol por completo sin decir palabra.

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