Capítulo 12

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El día de la despedida de solteros había llegado, al igual que tu último día de trabajo erótico

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El día de la despedida de solteros había llegado, al igual que tu último día de trabajo erótico.

Entre las 10 mujeres que habían sido elegidas por los mismos clientes, decidieron vestirse de policías para montar un buen espectáculo.

Así que ahí estabas, esperando a que todos terminaran de entrar y acomodarse, mientras que lucías el traje de policía sexy. Debías aceptar que no te quedaba nada mal, pero tampoco tan perfecto y sexy como las demás. Eras más sensual que sexy, a decir verdad.

Cuando terminaron de acomodarse, ustedes comenzaron con el espectáculo:

Todas salieron de sus escondites, apuntando a los hombres que allí se encontraban con calibres de plástico, pidiendo que todos estuvieran tranquilos.

-¿Tienen todos más de 18 años?- Preguntaban una y otra vez, con voz firme y amenazante. 

-Déjame ver tu documento. No te creo que tengas más de 18.- Le dijiste a uno de cabellos castaños claros. Te dio el documento y comprobaste que era mayor.

En los tres mini escenarios que había en el lugar, se subieron tres chicas en cada escenario y la otra cerró las puertas para que nadie más pasara.

-Como son todos mayores de edad...- Hizo una corta pausa para mirar a sus compañeras.- ¡Qué empiece la fiesta!- Tras decir aquello, la música volvió a sonar con fuerza, al igual que las celebraciones de los hombres que allí se encontraban.

En menos de unos segundos, la despedida de solteros estaba a todo furor. Les entregaban plata a montones, ya que la mayoría estaban borrachos y/o drogados.

Pero al igual que las bailarinas estaban danzando, había otras que daban placer y, al estar en ese ambiente, de las diez chicas que fueron pedidas, ocho estaban teniendo relaciones sexuales con los clientes.

Vos y Takashi, una buena amiga que conociste dentro de estas paredes, eran las únicas que bailaban hasta al punto de que algunos comenzaban a masturbarse y dejar toneladas de dinero en sus bolsillos.

"Que desagradable ambiente" 

Fue lo que pensaste al ver a tu alrededor. Pero, después de todo, de ello se trataban estas fiestas: de tener a hermosas mujeres con poca ropa bailando frente tuyo para que olvides que te vas a casar al día siguiente y engañes a tu pareja un día antes. Los hombres no eran los únicos que presenciaban a divinos cuerpos danzar, las mujeres de estos hombres se encontraban en el salón de al lado de la misma manera. Borrachas, drogadas y follando con el hombre que no pueden tener gratuitamente en sus hipócritas vidas.

Más de una vez quisiste saber lo que se siente acostarse con un desconocido, pero mantenías tu postura y continuabas bailando con tu amiga, quien se había pasado un poco de la cuenta y te comenzaba a acariciar seductoramente.  

Ver a dos bellas mujeres acariciarse y bailar de la manera en que lo hacían, a los hombres les fascinaba. Pero vos sólo querías ver la hora en la que pudieras salir de ahí y llegar a tu casa para despedirte de este infierno y saludar a una nueva vida.


Te bajaste del escenario agarrando el dinero y fuiste a dejarlo en tu bolso.

-¿Te diviertes?- Una voz grave te hizo estremecer. Ruki estaba detrás tuyo.

-No. Esto es un infierno.- Cerraste tu bolso y volteaste a verlo.- No entiendo como a tantas personas les gusta esto.- Takanori soltó una pequeña risa.

-Hay gustos para todo. Pero... No te ves nada mal.- Dijo coqueto, mordiéndose un poco su labio inferior.

-Me echas, me dices que no vuelva a ir a tu oficina, me tratas de manera cortante y ahora te excito.- Dijiste sin comprender y sin temor a que te despidiera.

-Nunca me dejaste de excitar. Siempre me gustaste y me sigues gustando.- Te acorraló contra la pared, oliendo y lamiendo tu delicado cuello. -Es mas, juro que te follaría aquí mismo.- Susurró en tu oído. Se apartó de ti, dejando tu confusión a flote.

-¿Entonces por qué dejaste de hablarme, de hacerme tuya cada fin de semana?- Preguntaste. 

-¿Llevas ropa en tu bolso?- Él evita la pregunta.

-Responde.- Ordenaste, pero por la cara de Takanori, dedujiste que debías contestar primero.- Si, tengo una muda para salir de aquí.- Agachaste la cabeza.

-Te llevo a tu casa, entonces.- Propuso.

-No, gracias. Prefiero ir sola y que me contestes la pregunta.- Formaste una falsa sonrisa, mientras agarrabas tu bolso y te dirigías al baño. La mano de Ruki te detuvo, haciendo que vuelvas unos pasos atrás.

-Tu aceptas a que te lleve y yo respondo todo lo que quieras.- Esbozó una sonrisa, mientras te observaba de arriba a abajo con detenimiento.

Aceptaste por curiosidad de ver qué pasaría después de que te respondiera.

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