*Narra Alejandro*
Me fui corriendo al templo y al llegar Amanda estaba allí.
-¡Hola!-dijo animada-¿Qué haces aqu-
En ese momento se escuchó un grito desde la sala de torturas-
-¡KYAAAAA!-gritó una voz que parecía la de Kesha.
En un impulso me fui corriendo a la sala de torturas y abrí la puerta. Cuando la abrí mis ojos se me salían de las órbitas, no me podía creer lo que veía. Kesha estaba ensangrentada dentro de una máquina que expulsaba rayos, aunque se paro por un momento y Kesha intento levantarse sin mucho éxito.
-¿A...lejan...dro? V...vete...-dijo con dificultad. La máquina se puso en marcha otra vez y la atacó con los rayos tumbándola en la base de la máquina.
-¡A-ALEJANDRO!¡VETE!-gritó resistiéndose. Yo estaba intentando abrir la máquina y después de una hora se abrió sola y Kesha se cayó al piso desmayada. Un guardia nos echo y lo único que pudimos hacer fue esperar al siguiente dia para ver como está.
*Narra Kesha*
¿Qué rayos...?no recordaba nada...solo sabía...quien era, de donde venía, donde vivía y donde estudiaba...bueno también recordaba a mis compañeras de clase...pero...no entiendo...
Llegué a mi instituto y una chica de pelo castaño se acercó a mi.
-¡Hola!¿Cómo te encuentras?-dijo alegre.
-Yo...disculpa...-contesté yéndome. No la conocía de nada...que yo supiese...pero...¿Qué había hecho durante un mes entero?¿Por que no había muerto? porque según mi collar no tenía jefe y tenía todas mis bolsas de emergencia...
Fui a clase, me tocaba inglés y un chico que entró en mi clase me vio y parecía que iba a llorar. Se tiró a mi ilusionado y al ver mi cara se apartó, si señores, mi cara es un poema...
-¿Cómo te encuentras?-me preguntó él, justo lo mismo que la otra chica de la entrada del instituto.
-¿Quien eres?-pregunté dudando. No le conocía y me sorprendió bastante que me abrazara.
El chico retrocedió dolido y con la mirada me preguntó qué había pasado, y si, ahora leo las miradas de las personas, booooo...
-¿No te acuerdas de mi?-me preguntó. Yo negué con la cabeza extrañada-soy tu jefe...
-¿Mi jefe?-contesté enfadada-yo no tengo ningún...un momento...¿¡Eres un!?
-¿Strasgo?-me interrumpió-si, pensé que eso ya no te importaba.
-¡ME HA AGREDIDO UN STRASGO QUE NO ES MI JEFE!¡MUERE!-grité furiosa.
-¿CÓMO QUE YO NO...?-paro de hablar al instante y me sorprendió-claro...la renuncia...adelante, mátame, es tu trabajo al fin y al cabo...pues si que es cierto que eres capaz de matar a cualquier strasgo por muy listo que sea...te has lucido...-puso sus manos en la cabeza y yo hice aparecer un arco y una flecha -por lo menos me mata la chica de la que estoy enamorado...
El corazón me dio un vuelco, lancé la flecha de fuego sin querer y esta acabó atravesando el pecho del chico. Él desaparecía poco a poco y por alguna razón quise llorar. Sus últimas palabras fueron "nunca te olvidaré Kesha", palabras que al recordar me hacían sentir una punzada en el corazón y las lágrimas se atrevían a salir de mi ojo.
Pasé toda la clase pensando en ese strasgo y en mi siguiente contrato para sobrevivir...he matado a un strasgo que no era mi jefe y eso está mal...pero está peor que ellos nos acosen sin ser sus empleadas ya que fácilmente podemos ser humanos...
Después de clases iré al templo para pedir que repartan contratos por todo el mundo y cogeré el primero que salga. La mayoría me tienen miedo, pero algún ignorante caerá...
-¡Hola Kesha!-dijo Clara detrás mío-Al parecer aquí ya no hay strasgos, te cargaste al último, encima de clase S+ y en menos de un mes...ya se por qué te llaman la leyenda de fuego. Tendremos que mudarnos.
Al llegar a casa hice la maleta y lo metí todo dentro de esta. Era una maleta en la que entraba todo a pesar de ser de tamaño mediano. Era como la tardis o como un agujero negro, Pequeño por fuera pero como un gran campo de fútbol por dentro, me la había regalado mi mejor amigo el capitán vagina.
Después de hacer la maleta me puse a colgar mi casa en internet para venderla al mismo precio al que estaba cuando la compré ya que el dinero no era mío, sino del templo y tenía que devolverlo. Luego de venderla me fui al templo y después de entregar el dinero le pedí al chico de la recepción que me diese una habitación y repartiese contratos.
-Bien Kesha...para repartir los contratos tienes que firmar aquí, aquí y aquí-va señalando en cada cuadradito de cada hojita-y la habitación será la 213-me da la llave y señala el pasillo en el que se encuentra la habitación-los contratos ya se han enviado y recuerda que a la siguiente que renuncies tendrás sentencia de muerte.
Llegué a mi habitación y la puerta estaba abierta, entré y vi que la habitación era de un azul oscuro, con una cama que parecía muy cómoda y encima de ella una guitarra colgaba.
A la izquierda de mi posición (en frente de la cama) había un ordenador y a la derecha la pared que separaba la habitación del pasillo del templo. Al fondo de la habitación había un piano y alegremente me puse a tocar Nuvole Bianche. Estaba entretenida cuando un chico entró en la habitación, que...por cierto...me parecía familiar, no se, me sonaba.
-¡EH!¿QUÉ HACES EN MI HABITACIÓN?¡FUERA NIÑA!-me gritó. Oh no...¿ese no era el chico que maté en mi instituto?
Mi corazón latía con fuerza sin saber por qué.
-¿Pero qué dices?¡además!¿no te maté esta mañana?¡te di en el pecho con una flecha en llamas!-contesté a la defensiva-¡Esta es la 213!
-¿Bromeas?-grita enfadado-¡La 213 está en frente!¡Esta es la 313!¡Aprende a leer!-dijo y me echó del cuarto.
-¡No te atrevas a meterte con la leyenda de fuego!-chillé furiosa. El chico abrió la puerta, me sacó un corte de manga bien bonito y luego volvió a cerrar la puerta. Si señor...que vecino más agradable...
Al abrir mi verdadera habitación me encontré con un cuarto de color rojo y una cama blanca. Al fondo tenia un piano igualito al del chico de la 313 y también tenía un escritorio blanco con una carta sobre la mesa. Abrí la carta y dentro tenía 300$ para mi y decidí comprar unos botes de pintura.
Cuando compré mi querida pintura me puse a decorar mi cuarto haciendo llamitas tribal a negro, es divertido y se me da bien. El piano estaba situado en un hueco que sobresalía del templo, como una terraza, pero sin puerta ni ventana, solo pared y estaba entre dos columnas así que pinté donde estaba el piano como una ventana con vistas a la Torre Eiffel. Era tan real y tan hermoso...
Al acabar llamaron a la puerta y yo guardé la pintura.
¡Adelante!-exclamé. en ese momento apareció mister 313 y vio mi habitación alucinado.
-Wow...que rápida eres cuando se trata de decorar...menos mal que llegué primero...
-¿Qué quieres señor 313?
-Llámame Alejandro por favor...
-Cállate señor 313...
-Arg...ven al comedor a preparar la cena...
-Voyyyy-me levanté de la cama y salí en plan zombie de la habitación.
-¡Cierra la puerta!-me dijo mi...agradable amigo...
Él y yo somos igual que el perro y el año...iba a decir igual que Homer y Flanders pero...lector mío...nadie querría ser Flanders y la cosa se iba a poner fea...muy pero que muy fea...
Amanda en multimedia
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Diario de un wolfline [Acabada]
FantasyKesha, un wolfline legendario del fuego, se tiene que enfrentar a un chico que es su rival por naturaleza y salvar a innumerables victimas causadas por ese chico que es denominado strasgo. Son muchos años luchando, ¿Kesha caera ante los encantos del...