Capitulo 7.

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Mi resistencia hacia lo real.

Otra semana eterna ha terminado, mientras yo hago piruetas para no recordar al chico rubio de mis sueños, quien ya no aparece en ese espacio específico, pero de continuo esta en mi corazón.

Este domingo el clima parece más benevolente, porque al menos ahora ya no llueve, he pasado buena parte de la mañana viendo algunas series atrasadas, entre la comodidad de mi habitación oscura y mi el sentir que me traslada a mis 17 en donde solo las convenciones y el anime importaban, después de todo me desconecto del mundo y solo he tenido que levantarme para encargarme de Xia y Jaeyi, que solo han pedido algo de comida, hemos vuelto a cama los tres.

ya son casi las 11 de la mañana y supongo que es buen momento para hacer algo productivo por este día. Me levanto despacio y con algo de música empiezan las labores de limpieza que tanto le agradan a mis pequeños... gasto parte de mi tiempo organizando y reorganizando mis colecciones, cambiando de lugar los muebles y poniendo velas aromáticas de menta, porque naturalmente hay hábitos que se quedan contigo para siempre, como ese de extrañarte.

Esos días en los que recuerdo tus cabellos de miel... y tus ojos brillantes como el enamorado que añora con locura.

La sopa de verduras esta lista y al igual que yo, que pese a la ropa cómoda, me he duchado y vestido para salir de casa después del medio día. Reposo y como despacio, la saludable sopa, como una manera de resarcirme con mi ya magullada salud, debido a mis excesos y ausencias. Me alimento despacio mientras observo como todo en casa se encuentra limpio y en orden, como si cuando hiciera el ejercicio de limpiar, todo dentro de mí también se organizara.

Solo debo ir hacer algunas compras, pero será un momento ideal para visitar la tienda de los helados que amo, comprar uno de un sabor novedoso, y buscar una banca cómoda en el parque, que me permita observar el paisaje, respirar aire fresco y dejar que mis mejillas se congelen un poco, Finalmente soy de ese tipo de personas, que adora el frío y el gris en todas sus prolongaciones, así que mientras las calles de Seúl se verán desiertas, mi corazón se sentirá más calmo y pleno entre mi soledad y el buen clima.

Después del helado, mis pasos son calmos, pero en realidad no tengo ningún otro lugar a donde ir, y empiezo a sentirme un poco patético, entre la soledad y las recientes parejas que han llegado al parque. Creo que es hora de regresar a casa, finalmente supongo que Jaeyi, ya me extraña.

¿Y si realmente no eres bueno para mí y no me convienes? Porque esta esa teoría de que Dios es el que permite todas las cosas y nada es el azar en sus caminos, pero será entonces que la tristeza de mi corazón por tu ausencia, si es algo que realmente duele.

Unas cuadras antes de llegar a casa, mis pasos se aceleran inexplicablemente y casi empiezo a correr. Tal vez es porque he dejado alguna ventana que no recuerdo abierta o porque, casi esta por llover.

Al llegar a la entrada del edificio, noto como un par de camionetas bastante vistosas están casi a la entrada de la puerta y esto me genera algo de extrañeza. De hecho en el sector en donde vivo este tipo de vehículos no son tan comunes y en un día casi feriado, casi que no tiene sentido.

Estos pensamientos corren de manera rápida, y justifico estos autos y la presencia de un par de guarda espaldas con alguna visita inesperada de algún vecino o bueno que se yo... no puedo saberlo todo, por otra parte este es mi día libre.

Me aferro a mis paquetes de compras y sigo mi camino. Subo las gradas de manera pausada, porque a pesar de vivir en un cuarto piso, detesto los ascensores y como mi estilo de vida, se ha vuelto tan sedentario, pues aprovecho cualquier oportunidad que tengo para moverme un poco.

Llego al piso de mi apartamento y noto como un par de hombres vestidos de negro están en el generoso corredor. Mientras una persona está sentada en el suelo.

Sweet love..  (2Min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora