SE MATÓ.

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En esa carta dijo que estaba cansado, pero eso es pura mierda, ¿cómo podía estar cansado si se la pasaba el 90 % del tiempo haciendo nada? Él se la pasaba respirando solamente... ¡Ah, claro! Solamente respirando... Ya entendí: Julián se mató porque lo único que hacía era respirar. Pues al menos él podía respirar, ¿cuánta gente no desearía poderlo hacer sin dificultad? Por eso me parece que la decisión de Julián, como él, fue egoísta. En cierta parte yo entiendo la decisión de Julián –o al menos trato de hacerlo–, la vida que llevaba no era saludable ni para él, ni para los que lo rodeaban. Pero sí me emputa que haya sido tan cobarde como para irse así, como se fue. Aunque irónicamente, también me emputa que haya sido tan valiente. A él le daba miedo todo, hasta saltar de una altura no mayor a tres metros, pero para apuntarse con un revólver en la cabeza y luego proceder a presionar el gatillo justo en su cien; ahí sí no tuvo miedo, ahí sí pudo sacar la valentía que nunca había logrado tener en otras situaciones no tan trascendentales. Recuerdo que hace poco más de tres años, nosotros habíamos hablado sobre esto; Julián me dijo que se iba a matar y a mí no me importó, porque no creía que fuese capaz de hacerlo. Ahora me arrepiento, pero bueno; uno se arrepiente de muchas cosas para nada, porque ya de nada vale arrepentirse. Trato de comprenderlo y no ser tan duro con él, incluso cuando ya se murió; pero no puedo. Tengo tanta rabia y tristeza al mismo tiempo, que ni siquiera puedo pensar claramente. Habíamos planeado tantas cosas juntos, y no cumplió nada. –¡Ay, Julián! ¿Qué hiciste, Julián? ¡Maldita sea! –grito tan fuerte que podrían escuchar desde casas con una distancia significativa respecto a la mía.Han pasado casi tres horas desde que Julián, mi mejor amigo, se disparó en la cien y su mamá llamó desesperada a mi casa a las 4:15 de la mañana. ¿No podía al menos provocarse una sobredosis con alguna droga o medicamento para así evitar todo el drama de la sangre en las paredes? Siempre tan dramático, desde que lo conocí y hasta que se murió. Pero hoy el drama llegó a otro nivel, no era necesario llegar hasta acá para demostrarle al mundo de lo que era capaz. Me siento mal por estar reprochándole aún cuando ya no está entre nosotros, pero me resulta difícil dejar pasar esto así y simplemente desear que descanse en paz. Es estúpido; pero siento que necesito explicaciones. Explicaciones que nunca me van a dar, dudas con las que me voy a tener que quedar; todo gracias a que mi mejor amigo decidió dispararse en la cabeza de la nada y sin más. Me pregunto cuál habrá sido su último pensamiento... Si hay una vida después de la muerte, ¿estará feliz con la decisión que tomó? En menos de dos horas Julián estará listo para su funeral. Uno nunca se imagina estar organizándose para ir a despedir al mejor amigo de esta forma. Estas cosas no están planeadas, o al menos no tan pronto.

Julián se matóWhere stories live. Discover now