Ya pasó un mes.

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Ha pasado un mes exactamente desde que Julián se suicidó, el mundo ya continuó con su rumbo normal y los que decían ser sus amigos siguieron con sus vidas como si nada hubiese pasado. La primera semana después del funeral, todo fue amor hacia él y un sin número de personas ponían su foto en Internet acompañada de mensajes larguísimos que él nunca leería, porque los muertos no leen; o bueno, supongo. La segunda semana unos cuantos más se acordaron de Julián y siguieron escribiendo cosas en su perfil, pero a partir de la tercera semana; todos comenzaron a olvidarlo. A la única que se le terminó la tranquilidad —al parecer— fue a su mamá.

La última vez que hablé con doña Mónica fue hace diez días, aproximadamente. Me sorprendí cuando la escuché y noté que ya no parece ella al hablar, pareciese como si uno estuviera hablando con otra persona, es más; ni siquiera parece una persona cuando habla. ¡Pobrecita! Seguramente no lo va a soportar y también se va a morir, o quién sabe...

Para el papá de Julián y su hermana tampoco ha sido fácil afrontar que ese "güevón" se haya matado: principalmente, por el mero hecho de la muerte, eso de por sí ya es devastador. Y además, porque ellos son muy religiosos, entonces; aparte de tener que aceptar que no van a volver a ver a Julián, también tienen que aceptar que este se está quemando en el infierno por el hecho de terminar con su vida. Qué cosas...

Todavía tengo el cuaderno de poemas en el que Julián escribía, no lo abro desde el día en el que me quedé sentado en su cama solamente observando. Supongo que es momento de leer más.

«Página 1:

Hoy hablé con Pepita y se puso a llorar porque le conté lo que tenía que contarle. Dos años más, dos años más, dos años más. No lloró por los dos años, lloró por lo que pasa después de los dos años. ¿Pero qué pasa después de los dos años? Ja, ja, ja. ¿Quién sabrá qué pasa después de los dos años? Porque yo no sé. Corriendo se fue y le contó a Socorro, estoy loco; ella también me lo repitió. ¡Pero es que yo ya sé! ¡Estoy loco! O no... Qué bueno sería estar loco. Si estuviese loco, yo no sentiría lo que no sienten los locos. ¡Ay, quiero estar loco!».

—¿Qué es esto que acabo de leer? —me digo a mí mismo en voz alta—. ¿Pepita? ¿Socorro? ¡¿Qué?!

Seguramente esto me resultaría cómico si no lo hubiese escrito mi amigo que se mató hace un mes. Esto no parece un poema, ni siquiera sé qué es pero deseo saber lo que significa cada una de las ocurrencias que escribió Julián aquí.

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⏰ Last updated: Aug 03, 2016 ⏰

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Julián se matóWhere stories live. Discover now