Sueños y Recuerdos

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"Así que dame esperanza en la oscuridad, que yo veré la luz.
Porque oh, eso me asustó mucho.
Pero aguantaré tanto como quieras,
solo prométeme que estaremos bien".

Ghost that we knew – Mumford and Sons.

Abrió los ojos con la certeza de que el mundo se había derrumbado delante de sus ojos, con la certeza de que nada nunca iba a ser igual, jamás. El silencio en el Instituto era una prueba perfecta de su razonamiento. Había estado llorando en sus sueños, había soñado con Max. Isabelle se levantó y caminó lentamente hasta la cocina, había café y panecillos y una mujer de ojos que eran azules y ahora parecían grises. Izzy supo que la mujer, que también era su madre se levantaba todas las mañanas para no dejarse morir, por un momento admiró la fortaleza de Marysse Lightwood.

- Hola

- Desayuna. – Le dijo su madre

- ¿Tú desayunaste? – La mujer negó con la cabeza.- desayunaré si tú lo haces. – añadió Isabelle, su madre accedió por la misma razón por la cual se había levantado, porque Max no era su único hijo, porque tenía que sobrevivir por Alec y por ella. Las dos desayunaron en silencio. Jace y Alec no estaban en el Instituto.

Ella tenía que salir del lugar, lo lamentaba por su madre, porque tenía que dejarla sola, pero no podía permanecer demasiado tiempo en el lugar, un mensaje de texto ofreciéndole un café caliente era demasiado tentador como para no salir, ya había caído la noche en NY y la luna brillaba en lo alto, debía ser luna llena. Takis estaba medio vacío, él estaba sentado en un rincón con un libro en sus manos, el cabello albortado, sonrió cuando la vio, le dio una mirada como si pudiera ver a través de su misma alma, una mirada que solo podían darle aquellos que la conocían muy bien, por alguna razón ese vampiro, flaco y alto ahora era parte de ese club tan selecto.

No estaba lista para sonreir aun pero sí le dio una mirada amable, era la primera vez que se veían después de que habían regresado de Idris, después de dormir juntos, Simon la sostuvo toda la noche mientras lloraba por Max, la sostuvo y nunca se quejó.

- Hola.

- Gracias por aceptar venir. – respondió. - ¿Cómo están las cosas en el Instituto?

- Silenciosas. Papá no regresó de Idris, Alec y Jace no están demasiado en casa.

- ¿Tu madre?

- Hace lo mismo que yo, solo se levanta cada día para no morirse en la cama. – Isabelle se había sentado a su lado, su perfume de rosas llenó todo. Simon estaba tomando café con un poco de sangre, era lo más cercano que podía estar a tomarse uno de verdad. - ¿Cómo están las cosas en casa? ¿Has pensado en decirles que eres un vampiro? – el muchacho arrugó la nariz como si fuera una pésima idea.

- No creo que pueda hacerlo de verdad Iz. No creo que mamá vaya a tomarlo bien.

- Y no pienso que debas seguir ocultando quien eres Simon, tarde o temprano lo van a descubrir. - Una chica que no conocían se acercó para tomar la orden de Isabelle. – Solo café por favor.

- Deberías comer algo.

- No quiero hacerlo

- ¡Vamos Iz! Hazlo porque yo no puedo hacerlo ¿si? – Él le dio un pequeño apretón de manos, ella blanqueó los ojos pero accedió, él no retiró nunca su mano de la de ella

SomethingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora