Capítulo 9: 18/feb/2016

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Desde el día en el que Betty fue a mi casa las cosas cambiaron, habían pasado 3 días y ahora me sentía más cómoda. Ya no tenía que pensar en Alicia para dejar de comer y había perdido 16 kilos desde la primera vez que deje de comer. Físicamente me sentía fatal. Tenía dolores de cabeza horribles y en mi estómago sentía un hueco vacío. Betty m había dicho que pronto me acostumbraría y me dio muchos consejos. Ella ya estaba muy delgada desde la primera vez que la vi pero bajó muchísimo ya que había  dejado de comer por 3 días seguidos.  No podía dejar de verla en clase de biología hasta que cruzamos las miradas y le sonreí. Cuando comenzó el recreo fuimos al baño a vernos al espejo. Ella se veía muy bien junto a mi pero yo lucía gorda a un lado de ella. 

-Stacy ¿ya viste tus lonjitas? - Me dijo en tono de burla y yo no dejaba de verme al espejo- Pero no te preocupes, pronto serás más delgada-Me besó en la mejilla muy cerca de la comisura de los labios  y después yo, le di un beso apasionado en la boca, tal como había sucedido en mi casa. Sus bellos ojos me miraban con una gran expresión y me dijo que era hermosa. En ese momento mi cabeza casi explotaba y me desmayé. Cuando desperté me encontraba en el baño y con un golpe en la cabeza. No podía pensar en nada y justo después, sin moverme de ahí, me dormí. Volví a despertar, pero ahora de un sueño muy raro y e di cuenta de que Betty ya no estaba ahí y sabía que había pasado demasiado tiempo porque ya no se escuchaba ruido en los pasillos y en las ventanas se podía ver más luz que antes. No tenía fuerzas y no sé cómo pude levantarme pero lo hice y cuando salí del baño Betty estaba hablando con mi madre que estaba en el auto, decidí esconderme detrás de un carro blanco que estaba estacionado cerca de el carro de mi madre y escuché la plática.

-Betty, estoy muy preocupada por mi hija, ¿Estás segura de que no la viste en el recreo?- Mi madre en realidad estaba preocupada, se le notaba en sus ojos y en el gesto de su cara.

-Yo también estoy muy preocupada. En el recreo yo quería estar con ella pero me dijo que se sentía muy mal y que iría a enfermería. Después de ahí ya no la vi y cuando terminó el recreo y regresé al salón ya no estaba. Yo fui la única que lo notó porque soy a la única que le habla y como usted sabe su hija no habla mucho así que ni la maestra se dio cuenta. No dije nada porque creí que seguía en enfermería.-Betty parecía preocupada, era muy buena actriz.

Mi madre comenzó a llorar  desconsoladamente.

-Pero fui a enfermería a preguntar por ella y me dijeron que no había ido en todo el día-Betty  sólo la miraba y mi madre no pronunciaba tan bien las palabras porque estaba llorando profundamente-. En dónde podrá estar.

Antes de que Betty pudiera decir algo más trate de fingir una sonrisa muy real e intervine en su plática.

-Hola mamá. ¿Por qué lloras?-Traté de disimular la mirada que le hice a Betty, porque estaba muy enojada con ella.

-¿En dónde te has metido?-Suspiró en una forma de alivio pero seguía llorando- Te hemos buscado por todos lados.

-Me aburrí en la escuela así que decidí ir a la librería a pasar el rato-Lancé una mirada de furia hacia Betty-.Temo que he tardado demasiado. Pero tengo que agradecerles porque "las dos"-Traté de resaltar esas dos palabras para que Betty entendiera el sarcasmo- se preocupan por mí.

-Tomé tu mochila y ya se di a tu madre. Tenía mucho miedo de no encontrarte, en serio-Betty intervino con mucho desinterés.

-Gracias. Adiós.

Cuando llegué a casa tuve que decirle a mi madre que después de leer en la biblioteca pasé a comprar una mini-pizza con mis ahorros. Fui y me encerré en mi cuarto, encendí mi computadora portátil y abrí una red social en internet donde me podía comunicar con Betty.

  —Hola, creí que podía confiar en ti. Tan sólo pasaron tres días y me traicionaste sabiendo que estaba enamorada de ti. No puedo creer lo que has hecho. No te entiendo. ¿Por qué después de besarme me dejaste tirada en el baño? ¿Tanto trabajo te costaba avisarle a algún maestro? Estuve casi 4 horas inconsciente y no me pudiste ayudar—Estaba muy enojada con ella y me sorprendí porque aunque estaba escribiendo rápido no tuve ningún error ortográfico. Me di cuenta que al instante lo vio y ya estaba escribiendo un mensaje para contestarme.

  — Hola Stacy. No es lo que tú piensas, si te llevaba a enfermería o avisaba a alguien que te desmayaste todos iban a sospechar algo porque ya has bajado demasiado de peso y eso de que estés desmayando muchas veces no es algo muy natural— Aunque yo seguía muy enojada no pude evitar notar que ella tampoco tenía faltas ortográficas.

  — Y si tanto te importo, ¿por qué  demonios me dejaste ahí? , pudiste quedarte conmigo o tratar de despertarme.

  — Lo siento... En realidad no pensé en eso.

— ¡¿Cómo demonios no pensaste en eso?! No puedes buscar ese pretexto— Me había dado cuenta de que los mensajes que nos estábamos mandando eran muy rápidos. 

—Sabes qué Stacy. Mañana hablamos, me siento un poco mal. Adiós—Mi cabeza comenzaba a pulsar así que no me despedí, apague mi computadora y comencé a llorar pero no era de tristeza, sino de enojo, hasta que me quedé dormida.

Mi cuerpo y yo.Where stories live. Discover now