Capítulo 1.

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Narra Maria.

Me levanto como cada mañana por el molesto ruido del despertador.
Me levanto perezosamente de la cama, abro el armario y escogo la ropa. Una camiseta blanca normal, unas mallas grises y las air-max.
Me dirijo al baño y me doy una ducha.
Cojo la toalla y me seco, cojo el secador y me seco el pelo, después me lo aliso, me pongo la ropa y bajo a la cocina a desayunar.

Narra Idoia.

Me levanto tranquilamente y escogo mi ropa, me voy al baño y me hago una coleta alta, no sin antes alisarme el pelo. Ya me duché ayer por la noche. Me puse una camiseta gris normal, unas mallas negras y las all star blancas.

Baje a la cocina y vi a Maria preparandose el desayuno.

-Buenos días. -dije abriendo el armario y cogiendo un vaso.

-Buenos días. -dijo mi hermana dandome un beso en la mejilla.

-Hola niñas. -dijo nuestra "madre" entrando a la cocina a lo que nosotras no contestamos.

-Se me ha quitado el hambre. -dije cogiendo la mochila y las llaves.

-A mi también, vamonos. -dijo Maria cogiendo sus cosas.

Narra Maria.

Salimos de casa y nos fuimos al instituto.

Cuando llegamos, entramos a clase y estaba nuestro mejor amigo, Adrián.

-Hola chicas. -dijo el rubio levantandose a darnos dos besos.

-¡Rubio! -dije dándole un abrazo.

-¡Rubia! -dijo abrazandome muy fuerte.

-¡Chacho, que me ahogas! -dije exagerando.

-Hola, estoy aquí eh. -dijo mi hermana poniendo pucheros.

-¡Rubia de bote! -dijo Adri dandola un abrazo.

-No soy rubia de bote. -dijo devolviéndole el abrazo.

-¿Os habéis enterado? -dijo Adrián sentandose en la mesa.

-¿De qué? -dije curiosa.

-Los Oviedo. -dijo mi hermana poniendo cara de asco.

-¿¡Qué pasa con esos!? -dije imitando la cara de Idoia.

-Que se han cambiado de clase. -dijo Adrián cruzandose de brazos.

-¿A la nuestra? -dije, a lo que ellos asintieron. -No me jodas, no me jodas.

-También nos van a cambiar de sitio. -dijo mi hermana llevandose una mano a la cabeza.

-¡A quién se le ocurre! -grite, a lo que todos los que había en clase me miraron. -¿Tengo monos en la cara? -les dije y se giraron.

-Tranquila tocha. -dijo Adrián.

-Me cago en todo, los Oviedo en clase no, son unos mierdas, no les soporto eh. -dije indignada.

-Bueno, nos acostumbraremos. -dijo el rubio.

-No. -dijo mi hermana. -Paso de acostumbrarme a esos maricones. Solo son unos putos chulos que se creen que todas las tías se mueren por ellos, son unos mujeriegos que solo saben utilizar a las tias. Que si se lian con una al día siguiente no me acuerdo. Que si follan, al día siguiente tampoco. Mira que odio a Jesús eh. -dijo mi hermana enfadada.

-¿Por qué te sabes todo eso? -dijimos los dos a la vez.

-¿Quién lo sabe? -dijo mi hermana nerviosa.

-Idoia. -dije con tono de sospecha.

-Joder, vale vale. Hace 2 semanas me lié con Jesús. -dijo cabizbaja.

Cómo Tu No Hay Nadie. (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora