Capítulo 2.

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Narra Idoia.

Estábamos a centímetros, roce sus labios con los mios, notaba como se tensaba.

-Ni en sueños, Oviedo. -dije apartandome.

-Hija de puta. -dijo mirandome mal.

-¿Me importa tu opinión?. -dije cruzandome de brazos.

-Debería importarte. -dijo bajando las escaleras.

-Pues fíjate, que no me importa. -dije yendo detrás de el.

Narra Maria.

Nos quedamos Dani y yo solos en el pasillo, escuchando quejas por parte de mi hermana y Jesús y de los que había dentro de clase.

Ojalá los Oviedo fuesen amables, simpáticos, divertidos... Bueno divertidos hay que admitir que lo son. Ojalá cambiarán un poco su actitud, así no llegaran a ningún lado. Son como los guaperas de turno. Si, son guapísimos pero lo que les falta es eso, que cambien la actitud.

Yo siempre he sido muy estricta a la hora de decidir a alguien, no se como me pude liar con Daniel. Estaría desesperada o algo. Pero yo no caí como las demás, se supone que después de liarse con un Oviedo o con cualquier chico, te hacías ilusiones y pensabas que todo iba a ser perfecto, una vida juntos ese chico y tú. Pero en realidad, la mayoría de los chicos de hoy en día solo te utilizan para ser un trapo de usar y tirar. Yo he tenido la suerte de no darme un encontronazo con uno de ellos, sobre todo Daniel, que físicamente es el que mas me atrae. No estoy diciendo que me guste, sino, que le veo mas guapo que al otro. Ellos se habrán tirado a medio instituto, por no hablar de que siguen haciendolo. Si te juntas con uno de ellos... Puedes acabar mal.

-Maria. -dijo Daniel.

-Que quieres ahora. -dije cerrando los ojos.

-¿Preguntamos que si podemos entrar ya? -dijo, dando zapatillazos al suelo.

-¿Prefieres entrar antes que irte fuera del instituto e irte con alguna? -pregunte mirandole.

-No, pero hay extrema vigilancia. -dijo señalando al final del pasillo, dónde se encontraba una profesora.

-Bueno, esta bien. -digo levantandome y dirigiendome a la puerta.

-¿Toco yo? -preguntó poniendose delante de la puerta.

-No, toco yo, que a ti seguramente no te hace caso. -digo apartandole y dando toques a la puerta.

-¿Podemos entrar ya? -dije asomandome por la puerta.

-¿Los otros dos se han ido a jefatura? -dijo mirandonos seriamente.

-Si. -dijimos los dos a la vez.

-Bueno pues pasar. -dijo abriéndonos mas la puerta. -Sentaros y callaros por favor.

Bipolar.

Narra Idoia.

Llamo al despacho del director y no hay nadie asi que entro de una forma brusca y me siento en la silla como si fuera el sillon de mi casa, murmurando insultos a Jesús.

-¿Nos vamos?. -dijo haciendome una seña.

-No Jesús, hay que esperar a que venga. -dije jugando con mi pulsera.

-¡Oh, vamos! ¿No puedes romper las reglas una vez? -dijo sentandose a mi lado.

-Podría, pero contigo no quiero. -dije sonriendo falsamente.

-No te voy a hacer nada, por favor. -dijo poniendo pucheros.

-Vete tu si tanto quieres irte y dejame en paz chacho. -dije mirandole.

Cómo Tu No Hay Nadie. (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora