Capítulo 2

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Tres días antes de mi prueba de ADN me desperté temprano para ayudar a mi padre.

Luego de que me ducho y visto, veo a Theo desde la ventana de mi habitación. No sé en qué momento se levantó,pero ahora está jugando con Billy. El sacude la mano para saludarme y yo lo imito con una sonrisa.

Hasta el momento ellos dos han sido mis personas preferidas en el mundo. Claro, también mi madre, pero como extrañar a alguien a quien tienes un vago recuerdo. El último día el que la vi fue cuando estaba dando a luz a Theo. Era un día muy nublado pero nunca llovió. Después de volver de la casa de Billy la vi, desparramada en su cama, despeinada y con mi hermano en sus frágiles y delgados brazos. Muerta.

Saco rápidamente ese pensamiento de mi cabeza, bajo las escaleras y voy con Billy y Theo. Cuando llego a la puerta trasera ellos van corriendo hacia mí y me abrazan. Los amo tanto. Mientras disfruto del momento escucho una voz de una mujer detrás de mí. Por un momento pensé que era mi madre, pero no, ella está muerta.

En vez de ella es Verónica. Todavía sigo molesta con ella por dejarme abandonada con mi padre y sus golpes. Pero aun así la quiero. No puedo odiar a alguien que pasó casi toda mi vida en ella. Recuerdo que cuando me caía ella cuidaba mis heridas de mis rodillas.

-¡Verónica! –grita Theo cuando la ve y va corriendo a abrazarla.

Ella se agacha y lo abraza por detrás.

Cuando se separan ella y yo nos intercambiamos miradas. Ella se me acerca y tengo la oportunidad de mirarla directo a los ojos, los tiene tan claros que casi puedo ver a través de ellos.También veo que tiene unas marcas de arrugas alrededor de los ojos –no tan visibles- y también ojeras. Se ve cansada. No quiero ser cruel así que me limito a abrazarla, tiene un aroma exquisito, sus brazos me rodean los hombros con cariño, pero a la vez con ansias, como que en cualquier momento va a explotar. Por un instante me quedo inmóvil, con la mente en blanco, pero luego recuerdo que es mi hermana, la mujer que llenó el vacío que dejó mi madre.Ahora ella tiene veinticinco años, pero se ve mucho más mayor. 

   -¿Cómo estás? –me dice con una voz gruesa pero a la vez con un poco de dulzura. Los Científicos hablan así.

-Creo que bien, tú ya sabes porque...

Me mira con tristeza y yo bajo la mirada. No sé qué decir, han pasado años desde la última vez que nos vimos, donde ella decidió irse de este Oficio. Donde ella me abandonó.

-Necesito que hablemos. –ahora cambia de tono de voz y es mucho más dura.

Pienso en negar, pero yo también necesito hablar con ella, aunque sea la última vez, entonces acepto.

Subimos las escaleras a mi habitación mientras siento las miradas de Billy y Theo detrás de mí. Se me olvidaba que ellos estaban ahí, entonces le hago una seña con la mano, diciéndoles a que me esperen porque no sé cuánto tiempo estaré con Verónica.


Cuando llegamos a mi habitación ya sé de qué se va a tratar la conversación, y me estoy arrepintiendo de haber aceptado.

-No sabía que todavía eras amiga de Billy.

-Lo sé, llevamos tanto tiempo juntos que es difícil no estar no él. –ella pone cara de picarona, me arrepiento de haber dicho eso.

-Si... Bueno creo que ya sabes de que vamos a ha...

-Si –respondo interrumpiéndola.

-¿Recibiste mi carta?

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